FILIPINAS

 

Desde hace algún tiempo, se despierta en mi por las noches una agitación insólita, y no es ya la nostalgia de las alegrías abandonadas, como ocurría en los primeros tiempos del viaje; es más bien la impaciencia por conocer las tierras ignotas a las que me dirijo.

                                                                                                                                                                     Los siete mensajeros. Dino Buzzati

MANILA. ISLA DE LUZON

 

Manila nos recibe sin aspavientos, el contacto con la ciudad es más bien poco ruidoso. Es de noche y la iluminación es escasa. Buscar un sitio para dormir cuando no se ha previsto la hora ni el cansancio tiene el inconveniente de que no hay segunda oportunidad para acertar. El primer Yipni (Jeepney) que pasa indica ir a Padre Faura Street, calle importante situada en el centro de la ciudad y que desemboca en el Bulevar Roxas. Ha de haber alojamiento allí, dice el sentido común.

El transporte más popular de la ciudad son los JEEPNIES y un excelente medio para socializar con los filipinos. Rodilla con rodilla y sin posibilidad de escape es más difícil eludir la mirada que ponerse a hablar. A ello ayuda además el hecho de que el carácter filipino los convierte en asiáticos que quisieran huir de su destino. Desde luego en ningún sitio de Asia como aquí se pueden encontrar parroquianos que a ritmo de guitarra batan palmas de forma natural.  Y Esa es la prueba.

Los yipnis(jeepney) son en origen vehículos abandonados por el ejército norteamericano tras la II guerra mundial o la posterior de Corea allá en los años 50. Adaptados a partir de los Jeeps Willis MB o Ford originales para el transporte de pasajeros y decorados al estilo filipino ruedan con los chasis cuarteados y las ruedas desgastadas, coloreados y con frases ingeniosas.

Hoy en día los yipnis posteriores a los que dieron lugar al fenómeno son vehículos Isuzu y otras camionetas procedentes de Japón o incluso fabricados en el propio país a modo de pick up adaptadas. Es un transporte colectivo popular, barato y fuente de información sobre el país y su gente.

Me preguntaba, habida cuenta de que mucha gente subía y bajaba por la parte trasera en un hormigueo incesante de personas sin que el chófer parara siquiera a cobrar, como era que se aseguraba del pago de todos los viajeros. En esas cavilaciones andaba cuando reparé en un cartel en la espalda del asiento del conductor: Dios te está observando.

 

INTRAMUROS

 

INTRAMUROS. MANILA

 

                                     Nada queda fuera de mi alcance con diez dedos en las manos y ciento cincuenta españoles

                                                                               Alonso de Contreras (1582-1645)

 

La ciudad amurallada, tenaz vestigio del paso de españoles por Filipinas transmite sin embargo la sensación de que el olvido ha alcanzado al pasado y que los vestigios coloniales permanecen más por propia tozudez que por el ánimo de los filipinos. Situada en la rivera del rio Pasig se llega a ella en cualquier jeepney que haga la ruta Quiapo, Blaclaran, o andando desde la estación central.

Su empedrado observa a los visitantes desde las placas con Santoral católico que dan nombre a las calles.

Intramuros resiste a pesar de que en mayo de 1945 fue arrasada por los norteamericanos en bombardeos selectivos que buscaban el cuartel general de los japoneses, instalado allí. Es necesaria una visita al Fuerte Santiago (Calle General Luna, Intramuros) construido por Miguel López de Legazpi en 1593 así como muy especialmente a la Iglesia de San Agustín levantada en 1571 y finalizada en 1607.

En lo que respecta a la Iglesia de San Agustín, se ha ganado a pulso su reconocimiento no tanto por haber resistido en pie en los graves terremotos de 1645, 1754, 1852, 1863 y 1880 sino muy especialmente por haber soportado los bombardeos norteamericanos que arrasaron todas las demás; por haber aguantado el trasiego de los japoneses que la convirtieron en prisión y muy especialmente el saqueo de los británicos en 1762.

En definitiva, una superviviente que reclama su lugar.

Y como quiera que no hay pedazo de tierra sin una tumba española, en ella están enterrados Miguel López de Legazpi, Juan de Salcedo y Martín de Goiti, los últimos conquistadores. Otros muchos ciudadanos más o menos anónimos también encontraron en la iglesia de San Agustín su reposo eterno. Las lápidas que los recuerdan alcanzan hasta 1920 cuando ya Filipinas no era España pero sin duda emociona saber que algún tiempo atrás, a más de once mil kilómetros de la puerta del Sol latía España.

 

 

 

FUERTE SANTIAGO

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

      

 

 

PARQUE RIZAL. MANILA

Adiós, Patria adorada, región del sol querida,

perla del Mar de Oriente, nuestro perdido edén,

a darte voy, alegre, la triste, mustia vida;

y fuera más brillante, más fresca, más florida,

también por ti la diera, la diera por tu bien.

(Mi último Adiós. D. José P. Rizal)

Los filipinos acostumbran a reunirse para sus comidas domingueras en el PARQUE RIZAL, en La Luneta, al norte del bulevar Roxas.

La mancha verde que ocupa el parque está dedicada al héroe filipino José Rizal, el español al que no dejamos serlo. Rizal es otro ejemplo de cómo España, a menudo, trata con injusticia a los más leales y a los que mejor la saben servir.

José Rizal fue empujado al independentismo de la metrópoli española cuando su lealtad era incuestionable y no exigía sino que Filipinas fuera una provincia española más, no una colonia y su justa representación en Cortes.

Tal era su sentir que en el vapor correo transatlántico Isla de Panay viajó a Barcelona para alistarse como médico en las tropas que partían a combatir en la guerra que se libraba en Cuba.

La condena y fusilamiento de José Rizal no fue sino una torpe injusticia a un hispano-filipino al que España a través del Gobernador Gral. de Filipinas dispensó el peor de los tratos y hoy el olvido injustificable a un patriota.

Acusado de filibusterismo y llevado al pelotón de fusiles que lo esperaba, a Rizal se le negó la gracia de morir mirando a los fusiles, siendo condenado a morir de espaldas, como los traidores.

Fue en el último momento cuando el patriota hispano-filipino se giró antes de recibir la descarga que acabaría con su vida.

 

FUSILAMIENTO DE JOSE RIZAL

 

ISLA DE PALAWAN.

EL NIDO

 

 

En el mar no hay pasado, presente o futuro, solo paz.

 

Al norte de la isla de PALAWAN se encuentra el enclave de EL NIDO, sitio perfecto para todos aquellos amantes del buceo o que busquen en la jungla a un japonés desorientado y sucio preguntando si  ha terminado la II Guerra Mundial.

El vuelo desde Manila orilla a Puerto Princesa, capital de la isla, desde donde dirigirse al norte en una furgoneta atestada capaz de transitar la ruta del demonio que suponen siete horas de sacudidas por una carretera que por tramos es sendero y a ratos trocha.

EL NIDO está tan lejos que es un milagro que hasta aquí llegue fría la cerveza y quizá por esa misma razón los que arriban aquí no pueden ser sino entusiastas de la inmersión o miembros de la banda del asalto al tren de Glasgow a la búsqueda de un sitio donde repartirse el botín.

Diferentes islas alrededor de El Nido si son una agradable ocupación en la que derrochar alguno de los días en que se vagabundee por aquí. Big Lagoon o Small Lagoon invitan a la inspección entre baño y snorkel. La temperatura del agua es tan agradable como apetecible el baño.

La herencia española es tozuda, se cuela en el día a día de Filipinas aunque tengo la sensación de que los nativos tienen poco interés en ella, en mantenerla o en reavivarla. Apena descubrir que los lazos no son tan fuertes. ¿O es solo una sensación?. Me gustaría equivocarme pues la propia identidad se pierde con la desmemoria.

La noche en El Nido no es sitio para parrandas ni destino para la bullanga, todo queda en silencio inalterable desde que cae el sol hasta que vuelve el nuevo día.

En Pukka resto bar, el ambiente ameniza las últimas horas a ritmo de reggae donde también se puede comer algo antes de ir a descansar. Al final del pueblo, Bulskamp Inn. (Osmeña Street. 5313 El Nido) es una alternativa perfecta para soñar con las inmersiones del día siguiente.

La cercana Helicopter Island es un sitio perfecto para el buceo según dice Andrés, un guía local tiene una abuela española sin conocer de dónde. Habla un puñado de palabras en un español que define como “chabacano”.

El timonel se llama Alejandro, un tagalo. Durante el trayecto se sobresalta al ver un tiburón a popa de la embarcación. Apenas se ha acercado a husmear, dice cuando se aleja.

Andrés explica que el tagalo cree que la presencia de un escualo a popa del bote durante largo rato indica que alguien está enfermo y va a morir.. No vuelve a decir más sobre el asunto.

Es el momento de una oración para los que sean religiosos y los que no, que el diablo los confunda dijo el guía antes de mandar sumergirse. Abajo, los 45 minutos de inmersión se agotan a la par que las botellas, entre corales vivos. A 18 metros una morena saca medio cuerpo de su escondrijo para indicarme que me retire un poco de esas rocas, que no tiene ganas de disgustos.

Una tortuga tamaño familiar pareció giñarme un ojo al pasar. Empieza a tener sentido haberse molido las costillas para llegar aquí.

De vuelta a tierra Andrés, con una macabra sonrisa, dijo que allí habitaba una anguila gigante con la cabeza del tamaño de la de una cabra que protegía la entrada a una gruta. En la cueva se dice que se oculta un tesoro inmenso acumulado por años de rapiña del pirata John Silver “El Largo”. La historia es cierta, dijo.

. – ¿Por qué no has ido a buscarlo?, le dije entonces.

. –  Porque soy un hombre muy ocupado, contestó malhumorado

 

 

Lobo en El Nido

 

ISLA DE PANAY.

BORACAY

 

 

Duerme todo el día, ve de fiesta toda la noche, nunca envejezcas, nunca mueras.

 

 

 

 

 

Las miles de islas que conforman el archipiélago de las Filipinas están conectadas a través de Manila o Cebú fundamentalmente, por lo que es necesario disponer de tiempo para los desplazamientos.

Desde El Nido a Boracay, destino de juerga y jarana por excelencia en Filipinas se invierten veinte horas para cubrir los 200 kms que separan Palawan de Panay, vía Manila.

Para quienes tienen todo el tiempo del mundo, el camino de regreso produce la emoción de ver la vida fluir a lo largo de la única carretera que une el norte de la isla de Palawan con el sur, desde El Nido a Puerto Princesa desde donde volar a Manila.

Todo se organiza al paso de esta vía; gentes que llevan y traen; arcenes convertidos en mantos donde secar el grano; búfalos en su arrozales; cientos de niños en cueros y perros perezosos que ven la vida pasar. Cuando no se tiene prisa por llegar el camino es lo mejor del viaje; el destino una vez alcanzado carece de interés para estos viajeros.

 

 

 

 

Es imposible contener en una postal la playa de White Beach. Cabe la arena blanca y aguas verde esmeralda pero falta el ruido, falta la espuma.

La isla de Boracay está llena de juerguistas y calaveras, de turistas y de chinos pudientes que recorren la isla tomándose fotos sin descanso. Boracay es un sitio que ha sacado la cabeza de la miseria a través de playa y fiesta, construyendo decenas de alojamientos, restaurantes, bares y todo tipo de elementos para quien quiere disfrutarlos y pagar por ello sin importarle el ruido y la charanga.

 

White Beach in Boracay

                     

 

También está lleno de acomplejados viajeros pontífices que braman contra el turismo que, según ellos, lo invade todo

“Susurros” Bravo, es un filósofo autodidacta que acostumbra a  decir que apenas una docena de personas en el mundo entendían a Einstein, y el es una de ellas. Es posible que sea cierto y no siéndolo tendrá cientos de teorías y razones con las que acabará convenciéndote de que es así.

«Susurros» Bravo dice que existe una tendencia a lamentarse de la perdida de lo auténtico cuando las incomodidades de “lo auténtico” quedan lejos de nuestra vida cotidiana . Exigimos que sean los otros quienes preserven “lo auténtico” para nuestro deleite ocasional aun a costa de su propio desarrollo. Se resisten a aceptar que cada cual, y los pobres con más motivo, tenga derecho a escapar de la pobreza dejándose en el intento cuantos jirones sea menester, incluido lo “autentico”.

Lo auténtico será para ellos un buey pastando en un arrozal mientras media docena de zagales en cueros chapotean a su alrededor ajenos a su destino. Lo detestable y ordinario seria entonces una carretera pavimentada, luz eléctrica, la posibilidad de comprar a plazos y salir de vacaciones 30 días al mes.

Pero estos realmente quieren disfrutar “lo auténtico” siempre que la escena  se represente a cientos o miles de kilómetros, de ahí que carguen contra el turismo o cualquier otra vía que estas gentes hayan encontrado para salir de la miseria. La falsa moralina de estos viajeros condena a estas gentes a una miseria estructural con tal de que no pierdan “lo auténtico” y lo preserven para que ellos lo disfruten cuando viajan.

El mismo planteamiento no se le aplica a sus países o ciudades de origen donde la riqueza cimentada sobre turismo no les hace padecer la misma reflexión, ni se encadenan al último vestigio del pasado en defensa de “lo auténtico”. Todos ellos acaban sin embargo en el sitio que tanto detestan, a disfrutar de la parranda mientras a su regreso, pondrán cara de disgusto desaconsejando la visita a Boracay por ser un sitio masificado y lleno de turistas que ya ha perdido todo lo que tenia de “autentico”.

Tras de todo esto no existe sino una profunda desconfianza en la libertad de decidir y elegir cada cual conforme a criterios propios.  A los del mantra de que el dinero no trae la felicidad cabe responder que efectivamente, no la trae, pero hace más agradable la miseria. Tras de todo esto no existe sino la tiranía de los bien pensantes  y los que quieren llevarte a ti al paraíso que ellos imaginan, aunque sea a bofetadas.

Un ejército de vendedores dispares revolotea como un avispero desprendido de un árbol. Los precios son desorbitados. Invitan al regateo o al escándalo. Una legión de tipos buscando diversión recorrer la playa arriba y abajo, varias veces.

El alquiler de una motocicleta para recorrer la isla se convierte en una idea formidable si tienes espíritu de aventura y ganas de diversión. Treinta euros por cinco horas de moto cross 125. El trámite no requiere más documentación que la palabra del que paga y la advertencia de que cobra: No hay seguro, si haces algún daño, ¡tú pagas!

Ni que decir tiene que otras opciones realmente divertidas son alquilar motos de agua, barcos, kayak o cualquier otro artilugio que se ocurra. La playa está repleta de sitios donde encontrarlos.

En cualquier parte hay un rincón donde echar los huesos en Boracay para dormir tanto si te persigue la fiesta (Station 2) como si quieres subir en el escalafón del viajero (Station 1 o 3). En tal caso Villa Caemilla Beach Boutique hotel (Station 3) es una opción válida.

Sea Breeze Café, ofrece una carta amplia mientras los cocineros coreografían un espectáculo de baile donde a menudo participan los clientes una vez el pudor ha sido disuelto en alcohol.

Mientras el tifón Yolanda amaina, un iced coffee y una partida de billar o Shuffleboard ayuda para pasar la tarde en Pats Creek Bar. El juego consiste en una especie de petanca sobre una mesa deslizante que requiere concentración, habilidad y templanza.

Ángeles Villanueva Tomazar andaba refugiada de la lluvia. No sabe de donde eran sus abuelos; ni sabe que su lugar de nacimiento, Legazpi, lleva el nombre de Miguel López de Legazpi, descubridor en 1517 de las Islas Filipinas.

Tampoco sabe que su país hace honor a Felipe II ni maldita falta que le hace. Todo eso no lo sabe porque ocurrió “antes de que ella naciera”, refiere.

Su primer apellido es realmente el nombre de su madre pero se escribe V. No habla ni una sola palabra en español sin saber que muchas de las que usa lo son (pantalón, mesilla, platillo). Muchas de estas palabras han sido adoptadas incluso como apellidos de tal forma que no es extraño encontrar un tagalo que se apellide botijo o pájaro.

A pesar de haber desaparecido el idioma español en su uso diario sustituido por el inglés o el tagalo, siguen contando en español (cuarenta, cincuenta, cien, diez, etc.…).

Ángeles dice que quiere ganar dinero para comprar diez cerdos y atender a su marido que ya es un anciano porque tiene cuarenta y cinco años. Los cerdos los comprará en su pueblo y montará un negocio de cría. Cada cerdo le cuesta 1.800FP (30€). Los cerdos valen mucho dinero, dice, los perros no valen nada. Algunos filipinos se comen a los perros en casa.

Al anochecer una chica me ofrece un masaje de pies. Mi desinterés mueve su curiosidad.

¿Por qué estás en Filipinas?, me pregunta.

Busco las raíces de España aquí, le miento.

Y mientras continúo caminando con una sonrisa me dice: Mi apellido es Plaza.

                                                       

                                                       10/10/2013

 

MASAJES BORACAY.

 

 

 Sin bienestar la vida no es vida; solo es un estado de languidez y sufrimiento.

                                                                                                            Francois Rabelais.

La popular cultura del masaje en Asia indica que cada cierto tiempo es necesario darse un masaje que cruja las articulaciones. El clima húmedo hace que la piel acumule grasa que es necesario exfoliar con un masaje adecuado. Es frecuente que las masajistas te indiquen si el masaje requerido es suave, medio o fuerte dándose por hecho que el fuerte es dejarte como si unos camilleros que cobraran por horas te hubieran sacado a la carrera de una trinchera del frente oriental.

Fergó insistió en el masaje. Es muy relajante Lobo, dijo, un olor a incienso, a cítrico y al paraíso te llena mientras presionan tu cuerpo con las manos, los dedos, los codos…. los pies…. las rodillas. Son unas técnicas ancestrales. El cerebro escapa a un rincón donde no habías estado antes.

. – Muchacho; juego de manos, juego de villanos. No estoy interesado en ir a ese sitio.

Y el siguió hablando…. existe una línea energética en nuestro cuerpo que es necesario reequilibrar. Es necesario poner en orden nuestro mundo físico, emocional y mental.  También hay uno de piedras de basalto que te ponen encima. Te va a mejorar el humor.

. – No alcanzo a comprender como me va a mejorar el humor que me pongan piedras encima, Fergó. Y de todas formas me da mala espina que los masajistas vistan como sanitarios; no parece que vayas a entrar a un paraíso sino a un quirófano.

A pesar de ello acompañé a Fergó, más por conseguir que callara que por haberme pasado al enemigo.

Tirta Spa (Boracay Highway Central, Boracay Hwy Central) es un sitio maravilloso, no cabe duda. Hay un estanque de aguas tranquilas con carpas silenciosas . Quien a la bodega va y no bebe, por bebido se le cuenta. Maldije no haberme quedado en la playa.

A las puertas mismas de lugar, Fergó se giró para anunciarme que además te daban una taza de jengibre caliente.

Fue en ese momento  cuando le dije que se adelantara. Empecé a idear de dónde sacar un alambre con el que pescar alguna carpa de aquella alberca.

Dicen que un masaje en Boracay es una experiencia única e inimaginable.

Fergó apareció con el rostro iluminado. Parecía un joven y rubicundo cura protestante de Massachusetts. Una sonrisa bobalicona lo acompañó el resto del día.

La próxima vez tengo que probarlo, me dije mentalmente.

 

 

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TIRTA SPA

 

 

 

 

 

LOS BAJAU. GITANOS DEL MAR

                                                                                                                                        11/10/2013

 

          

  Las minorías no tienen sitio cuando la mayoría  tiene donde apoyarse.

                                                                                               Nicolás Maquiavelo

 

El tifón Yolanda ha llegado a Filipinas. En Boracay se deja notar su presencia si bien los muertos esta vez los pone Manila.

La isla se resiente y solo se puede transitar a galope por entre los mamparos ideados para parar el viento. La playa queda desierta, los negocios cierran y en sus soportales unos extraños filipinos oscuros, sucios y canijos se resguardan acurrucados como animales. Se dedican a la mendicidad. Son los Bajau, gitanos del mar.

En su lugar de origen, remotas islas del archipiélago viven en pilotes de madera construidos en el océano, no pisando tierra sino para enterrar a sus muertos o aprovisionarse de madera y agua dulce.

Viven del mar, pudiendo sumergirse cinco minutos a la búsqueda de perlas o comida y existiendo la creencia de que su visión bajo el agua está a medio camino entre pez y hombre.

Sus poblados acuáticos se ven frecuentemente saqueados por piratas o destruidos por tifones. Lo anterior, junto a la violencia de amplias zonas de Mindanao, ha empujado a algunos a la mendicidad en algunas zonas convirtiéndose en otra forma de vivir, ya estructural.

 

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Gitanos del mar

 

PADRE FAURA.MANILA

 

      

 

       Yo no tengo problemas con la bebida, excepto cuando no puedo servirme una.

                                                                       Tom Waits

 

 

 

En el distrito Ermita, en la confluencia de las calles Adriático Street y Padre Faura se encuentra Cherry Blossoms hotel (550 Jorge Bocobo Extensión,Ermita 1100 Manila. 3 estrellas. wifi) alojamiento a buen precio donde nada más se recuerda, ni bueno ni malo, salvo la estupenda ubicación.

Mosley Clevon suele decir que la virtud está precisamente ahí en la mitad entre la miseria y el lujo asiático.

El distrito de Malaki, es otra opción para los que buscan los alrededores, en ocio y restauración, que ofrece un distrito financiero no importándoles asumir el precio al estilo europeo.

Al final de Adriático Street siguen los vendedores callejeros a los que Fergó asedia en tagalo. ¿Magkano? (cuánto cuesta?) para luego escenificar un escándalo exagerado mientras se da bofetadas teatrales en la mejilla exclamando a viva voz …¡¡¡¡Mahal!!!(muy caro).

Los alrededores están sembrados de restaurantes y bares donde comer sin echar de menos la patria porque en Filipinas, los 333 años que estuvieron vinculadas a España dejaron la cerveza San Miguel, producida  en el barrio del mismo nombre en Manila por frailes agustinos y por tanto cerveza filipina. La comida no es picante, no se usan palillos, y el plato típico de la gastronomía local es el lechón.

 

     

Lechón. Plato típico filipino

 

No hay que irse muy lejos para ambientarse cuando la noche se adueña de Manila.

En la propia Adriático Street, está GIMMICKS, un frecuentado local con música en directo, foráneos y locales, comida, cerveza fría y una mesa de billar.

GIMMICKS es el que antes fue  club de Mosley Clevon.  Saed hacía malabares con un palo de billar antes de decidirse a golpear, dando tiempo a que los espectadores pudieran reparar en él. Es un extranjero bien alimentado de tez negro-amarronada que viste como un inglés de Wimbledon. Simpático y bravucón es besado por chicas a las que invita a tragos con regularidad.

El One, dice cada vez que gana una partida y espera que nuevos contrincantes intenten echarlo de la mesa. No me intriga tanto  saber por qué juega tan bien sino cómo es posible que un tipo tan acomodado, exquisito y sobrealimentado sea de Somalia, un país de hambrientos.

Mosley Clevon en realidad se llamaba Torcuato, y acabó trasladando su club a Santiago de Compostela. Pero antes estuvo aquí, en el mismo local que ahora ocupa Gimmicks. Se cambió el nombre cuando comprendió que llamándose Torcuato nadie iba a tomarlo en serio como no fuera para llevar la contabilidad de unos grandes almacenes del ramo textil.

Y realmente Torcuato siempre quiso ser un gánster aunque él no lo sabía. Muchas veces me animó a dar el paso.

.- Vamos Lobo, si tú ya eres abogado, has andado la mitad del camino, decídete, se gana más dinero y el reconocimiento social es el mismo.

Mosley Clevon tenía aspecto de profesor emérito de Oxford, era mas o menos de mi quinta, dos años menor, pero había leído tanto que me doblaba la edad. Nunca fue mal tipo, no digo lo contrario, tenía conciencia pero el decía que era sordomuda.

Deambuló por sitios que no venían en los mapas y regresó con su club, el Blue Jazz a sus orígenes compostelanos.

Solía decir que ni el caribe ni el trópico en general son buenos sitios para establecer una sucursal del crimen. Un tipo enchaquetado llama demasiado la atención con tanto calor,  y los trajes de lino no hacen justicia al oficio; lo rebajan. Eso sin contar con que en mares cristalinos es difícil ocultar un cadáver con los pies de cemento y los peces de colores son unos remilgados y no comen cualquier cosa. Todo son contratiempos, Lobo.

 

 

 

PERLAS. COMPRAS. PASAY CITI. MANILA

 

 

El precio es lo que se paga. El valor es lo que se obtiene.

 

. – ¿Qué es esto?

. – Perlas, ¿qué coño crees que son?

. – ¡las perlas son blancas!

. – Esto son perlas negras.

. – No me vengas con rollos, nunca he oído hablar de perlas negras.

. – Oye, el que no hayas oído hablar de algo no significa que no exista

. – ¿Por quién me has tomado? ¿Por una paleta? Son negras, ¡caramba!. Seguro que salen de las ostras averiadas.

. – Estas perlas no están enfermas. Las perlas negras siempre han sido negras.                                                     

                                                                                                                                                                              Balas sobre Broadway          

SM Mall of Asia (SM Central Business Park, Bay Área Blvd, 1300, Pasay City) es un centro comercial enorme, el tercero de Asia según la publicidad. Aunque cierto es que la propaganda es una clase de mentira que junto a la maldita mentira y las estadísticas forman la Santa trinidad del engaño, a los efectos que nos puedan interesar, las compras, nos hace el apaño.

Las dimensiones de Manila son apabullantes pero se puede llegar aquí por todos los medios habidos, incluido el tren.

El centro comercial no tiene más que cualquier otro, progresión geométrica de tiendas y sitios de restauración. Llama la atención la cantidad de gente joven que dirige los distintos negocios. La edad media de Filipinas es inferior a treinta años pero en este sector, como dependientes y vendedores es mucho menor de tal forma que en ocasiones la percepción es de un país dirigido por niños.

Sin embargo SM Mall of Asia es el sitio ideal para cualquier arreglo inmediato relacionado con la tecnología y los smartphones por lo que es conveniente el dato. El resto son compras prescindibles que pueden hacerse en España a mejor precio.

Posiblemente el mercado de Greenhills (Ortigas Avenue, San Juan, Luzón) sea más atractivo por su revoltijo y aspecto de mercadillo más que de centro comercial.

La tradición del mercado de las perlas está en manos de las filipinas musulmanas (6%) habitualmente procedentes de la Isla de Mindanao, al sur del archipiélago. En Greenhills decenas de puestecillos stand se encuentran abigarrados de baratijas y otras bagatelas se negocia y se trata con las codiciadas south sea; perlas salvajes del azul profundo de los mares del sur.

La simple mención a dichos Mares del Sur me evocan aventuras leídas en las joyas literarias juveniles de mi adolescencia; Robert L. Stevenson, Jack London, Emilio Salgari o de tantos otros. Ver las perlas, tocarlas y saber su procedencia…los mares del sur…….me produce un deleite particular.

Y en esas estuve bregando, entre perlas y aventuras de mi inventiva, procurando y deseando hallar el tesoro de las aguas azules que sin duda me aguardaba a poco que persistiera en mis pesquisas.

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Perla salvaje del Deepblue

 

Dicen que el Barrio Chino de Manila (calle Ongpin. Distrito de Binondo) es el más antiguo fuera de la propia China y lo parece, voto a bríos, porque en menos tiempo es imposible acumular tanta suciedad.

Los callejones están decorados con farolillos de colores que se mecen sobre puestos de fruta y medicinas de hierbas que curan todo lo que se cura sin necesidad de tomar nada.

En la entrada a algunos callejones, sobre charcos turbios, unos mosquitos se organizan en corrillos murmurando de sus cosas, el dengue y otros proyectos.

Al fondo, un chino joven con el pelo engominado permanece ocioso mientras juega con un peine en las manos; parece un gato trasteando una raspa de pescado. ¿Pipa de opio?, ¿chicas?, dice el chino con una sonrisa patibularia que provoca la idea de que comparados con este chino, otros malos, sin ser buenos, son ciertamente mejores.

Al norte se encuentra el Cementerio Chino( Calle Santa Cruz. Manila). Entrada gratuita. Sorprende la ausencia de solemnidad que debería percibirse. Algunas criptas parecen cuartos de baño de dudoso gusto.

La estética kitsch de muchas tumbas frivoliza la muerte y hace pensar que en esos panteones lo mismo se guarda un fiambre que un gato de la suerte moviendo el brazo.

 

 

 

 

Cementerio y Monumento Estadounidense. Manila American Cemetery and Memorial

SOLO LOS MUERTOS HAN VISTO EL FINAL DE LA GUERRA.

                                                                                                                               Platón

El memorial americano (McKinley Road Fort Bonifacio, Taguig City, Luzón 96515 Filipinas), un cementerio que da reposo a 17.207 norteamericanos y algunos filipinos y aliados que se dejaron el pellejo en la II Guerra Mundial combatiendo a los japoneses, es un lugar acogedor, pulcro y cuidado.

Los ladridos de Manila se estrellan impotentes contra sus muros. El interior es todo quietud.

Es un hecho desconocido que Filipinas formaba parte del territorio estadounidense en 1941 de la misma forma que lo formaba Texas o Puerto Rico por lo que cuando los japoneses atacaron Pearl Harbor (Hawai), ese mismo año atacaron Manila, tomando la ciudad hasta 1945.

Es también poco conocido que fue la segunda ciudad más destruida de todas las de la gran guerra, solo por detrás de Varsovia.

El cerco a Manila, ocupada por soldados de la armada imperial japonesa que al mando de Iwabuchi Sanji habían decidido morir matando, supuso la devastación total de la ciudad y el asesinato masivo de civiles, cien mil, por parte de los nipones.

Aquello estuvo a la altura de la invasión de Manchuria en 1931.  España por su parte también puso sus muertos. La colonia española residente mayoritariamente en el barrio de Malate pensó con ingenuidad que no estar en el bando de los aliados les otorgaría cierta protección, pero los soldados japoneses en su delirio imperial enloquecieron con la idea de que el mundo se enterase de su derrota.

El consulado español fue arrasado y familiar españolas y filipinas aniquiladas.

Pasear en calma y silencio por entre las cruces blancas que abonan las 62 hectáreas de tierra que abrigan a los muertos es una experiencia impactante. Aquellas ideas que en el día a día apenas tienen relevancia y se escapan fugaces aparecen ahora como clavos en las lápidas de todos cuantos nos enseñan su nombre, los pueblos que los vieron nacer, aquello por lo que lucharon, la vida y la muerte.

Son las únicas cuestiones que permanecen cuando de aquí a diez años, o a 20, el resto de cuestiones hayan perdido toda importancia.

Junto a todas las tumbas del Memorial están grabados también, con cartesiana pulcritud los nombres de otros 36.236 soldados que fueron desaparecidos en la denominada Guerra del Pacífico.

En los tiempos en que la idea de patria suele estar en desuso, franca retirada o maltratada es quizá la perspectiva que dan los años lo que permite reflexionar que en gran medida lo que engrandece a las naciones no es tanto la fuerza de sus armas como el recuerdo y respeto de aquellos que la hicieron nación. Por ese motivo cuidar a los caídos y su memoria es seña inequívoca de grandeza.

 

                                         COLISEO ARANETA. MANI PACCIAO.

 

 

Cubao, en Quezón City

 

Soy tan rápido que anoche apagué la luz en la habitación de mi hotel y estaba en la cama antes de que la habitación estuviera a oscuras.-

Muhammad Ali.

Sólo en la muerte voy a renunciar a mis cinturones.

Manny Pacquiao

Muhammad Alí pidió a su segundo que tirara la toalla; no podía más.

En su rincón, Joe Frazier le dijo al suyo, a pesar del aspecto lastimoso que presentaba, que quería acabar la pelea.

Ninguno de los dos entrenadores hizo caso, y ganó Alí a los puntos. Ese fue el final de la mejor pelea de boxeo de todos los tiempos.

“El suspenso de Manila” (The Thrilla in Manila) a 40 grados de temperatura durante 14 asaltos el 1 de octubre de 1975.

Cuatro años antes de aquello Joe Frazier había tumbado a Ali en el Madison Square Garden en la pelea que detuvo durante dos horas la guerra del Vietnam. Gancho de izquierda. Alí se la devolvió también en Nueva york.

En el Coliseo Araneta aquello parecía una pelea pero era una guerra, dijo Frazier. Es lo más cerca que he estado de la muerte, dijo Alí.

No hay alusiones concretas a aquella pelea mítica en el Coliseo Araneta, ni una miserable polvorienta fotografía, pero en este sitio se cuecen los mejores combates de boxeo. Cuando suceden y son retransmitidos en TV, hacen bajar la criminalidad en todo el país.

En un café de los alrededores del Coliseo Araneta(https://www.smartaranetacoliseum.com), unos viejos hablan sobre su tema preferido; el pasado. …..Esta es la casa de Manny Pacquiao, el púgil más emocionante de los últimos veinte años y una leyenda a la que los jóvenes siguen. Dice uno.

 

 

 

 

 

 

………..La época dorada del boxeo pasó al acabar los 70. Los combates se fueron oscureciendo y perdieron su épica…….En Filipinas solo nos quedan el Sabong(peleas de gallos). ……….El boxeo es un deporte desconocido. La gente no sabe que en el no hay engaño, que todo está a la vista.

Manny siempre ataca rápido con recto de izquierda al rostro. No lo ven venir, dice otro…….

Los mejores boxeadores vienen desde el infierno, subiendo como quien tiene prisa, derribando puertas a patadas hasta el éxito. El boxeo suele ser una historia de orfandad y miseria. He conocido boxeadores que solo sabían su edad por la información que constaba en su ficha policial.

Mi padre escribió mi fecha de nacimiento en un árbol de la ribera del rio Pasig, cuando aprendí a leer fui a verla, pero habían talado el árbol para construir una hamburguesería, dice el mayor de ellos.       

                       

Sabong( Pelea de gallos)

 

 

 

 

 

 

 

CAMINO A BALER. LOS ULTIMOS DE FILIPINAS

                                                                                                              11/10/2015

                

Los Ultimos de Filipinas

 

Desde que abandoné Filipinas, dos años ha de esto que escribo, quedó en mí una deuda por saldar. ¿Acaso una de las gestas más heroicas de los españoles no se merece una visita?

Baler, en la provincia de Aurora, dista 271 kms de Manila sin embargo cuesta once horas llegar a ella. El correcalles en Manila hasta lograr encontrar el transporte que lleve a Baler indica que no es un sitio que esté en ruta a nada, salvo a Baler.

¿Esta estación tiene ruta a Baler?. No, esto es la estación de Buendía, ¡solo van al sur!.  Estación de Monumento: ¡no, no es aquí!. Estación Victoria: ¡De aquí no salen!. Génesis: No, a Baler no. Y por fin Joy Bus Station de Cubao tras cuatro horas de carreras por Manila, un autobús repleto de gente que dormita o come espera con el motor en marcha a los últimos viajeros al fin del mundo.

Baler, a solo 271 kms de distancia esta a su vez tan lejos que parece que la dificultad de acceso viniera a remarcar la tragedia, la soledad y el abandono.

Pocas veces vi a Fergó tan parlanchín como en aquella ocasión

.- «Ser silencioso es lo que te hace tan valioso como compañero», le dije, pero no funcionó.

Trasteaba un libro firmado por Martín Cerezo, el héroe, donde contaba de primera mano  lo que aconteció en aquellos dias y mostraba garabateado en la contraportada un poema de Quevedo que Fergó cree fue escrito por el propio Saturnino Martín cuando recibió la noticia de que España se había rendido.

Mire los muros de la patria mia

Si un tiempo fuertes ya desmoronados

de la carrera de la edad cansados

por quien caduca ya su valentía.

Salime al campo. Ví que el sol bebia

los arroyos del tiempo desatados,

y del monte quejosos los ganados

que con sombras hurtó su luz al día

Entré en mi casa: vi que mancillaba

de anciana habitación era despojos,

mi báculo más corvo y menos fuerte.

Vencida de la edad sentí mi espada

y no halle cosa en que poner los ojos

que no fuese recuerdo de la muerte.

                                        Quevedo

 

BALER. Los últimos de Filipinas

 

 

“Son españoles que aman más la honra que la vida, y temen menos la muerte que la infamia. Tienen de suya voluntad a las armas, destreza y habilidad en ellas. Están en los peligros tan en sí, como fuera de ellos, de manera que en sabiendo obedecer, guardar orden y lugar, sabrán cuanto es necesario para ser invencibles en tierra y mar.

                                                                                                                                           Don Sancho de Londoño. Batallón “Filipinas” I/47

     

Iglesia de Baler. Hoy

 

 

 

La pequeña iglesia de Baler, rematada en un campanario pintado de rojo tuvo el designio de pasar a la memoria como el lugar de una de las gestas más sorprendentes de la historia de la guerra, de cualquier guerra, de todas las épocas.

Medio centenar de españoles aguantaron en su interior un asedio de 337 días cercados por tagalos insurrectos, por el beri-beri y por la disentería.

No encuentro metáfora más precisa entre los que famélicos, enfermos, orgullosos y honorables salieron del templo de San Luis de Tolosa y el instante en que finalizó el imperio español. Ambas estampas sucedidas el 2 de junio de 1899.

Durante el asedio hubieron de repeler hasta el cuerpo a cuerpo cargas de feroces tagalos. Noches de terror que llegaba desde una jungla que los cercaba con enigmático manto y caníbal silencio.

                               

IGLESIA DE BALER 1898

 

Pudieron haberse rendido, el único testigo hubiera sido su conciencia, pero sabían que solo puede ser un héroe lo mismo el que triunfa que el que sucumbe, pero jamás el que abandona el combate.

Así respondieron a la oferta de rendición:  Nos une la determinación de cumplir con nuestro deber, y deberás comprender que si tomas posesión de la iglesia, será solamente cuando no haya nada en ella más que los cuerpos muertos. La muerte es preferible a la deshonra

                               

Soldado Español en Filipinas

 

 

Su historia tiene eco en la mayoría de las academias del ejercito del mundo, en Rusia, Francia o West Point.

En España su gesta se diluye o se desconoce más allá del nombre que les dio fama.

Una visita a Baler supone un desvío en las rutas tradicionales pero merece la pena. En mi caso fui a Baler en memoria de aquellos olvidados “últimos de Filipinas” que como decía Nietzsche, españoles son unos hombres que quisieron ser demasiado.

Los alrededores de Baler tienen el encanto de lo distante; incluso la playa, alejada un par de kilómetros del pueblo permanece solitaria.

La playa de Sabang, es un buen sitio, de los mejores, para practicar surf si no fuera porque hay que arrastrar la tabla hasta aquí.

Para los cinéfilos baste decir que aquí, Robert Duvall en su magistral interpretación el Teniente Coronel Kilgore bramaba “Charlie no surfea”, mientras el caos y las bombas de la guerra lo rodeaban en Apocapylse Now.

En el pueblo la oferta gastronómica es limitada pero suficiente; tapsilog (ternera con arroz y huevo frito) y Kaldereta con sabor a casa.

Un joven entra en el comedor y saluda a un anciano llevándose la mano derecha del anciano a la frente con su propia mano derecha( Mano Po). Bendecido,  se marcha sin decir nada. El anciano continua comiendo a la antigua forma “Kamayan”( con la mano derecha).

No hubo problemas para encontrar alojamiento ya que la afluencia de forasteros es escasa, dimos a parar con nuestros huesos en un pequeño hotel(1000ph) cuya dueña se llamaba Eterna, no sabiendo yo si su nombre encerraba un profundo enigma como Baler o era una premonitoria condena para su marido.

Quizá solo fuera un nombre.