MALAGA

 

 

 

MALAGA. RINCONES

 

 

 

 

 

 

PLAZA DE LA MERCED

Art. 1. La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios.

Art.  2.  La  Nación  española  es  libre  e  independiente,  y  no  puede  ser  patrimonio  de  ninguna familia ni persona.

                                                                                                                                         1812  LA PEPA

Diego “ el Elegante” solía sentarse cara al obelisco por su fachada sur.  Frente a el , a modo de epitafio podía leerse: “Ciudadanos antes muertos que soportar tiranos.”. Me dijo que era una frase preciosa que podría resumir un objetivo en la vida.  

La Plaza de la Merced es la plaza más bonita de Málaga.  Lo es no solo por la simbología  sino por el romanticismo que despide. Dijo que era el rincón donde poder encontrar a  guapos de vida atormentada y poetas en su estado natural que no debería ser otro que muertos o planeando el suicidio.

En origen la plaza era llamada del Mercado. Más tarde fue plaza de Riego en reconocimiento a la memoria de la columna liberal que entró en Málaga secundando al teniente coronel Rafael de Riego que intentaba restablecer la Constitución de “La Pepa” frente al absolutista Fernando VII. Su final fue ser carne de presidio y al poco de patíbulo. Tras la horca lo decapitaron en Madrid en 1823.

Torrijos y sus 49 leales seguirían su mismo camino en 1931 fusilados en la playa de San Andrés. Bajo el obelisco de piedra y bronce se encuentran todos sepultados a excepción de Robert Boyd que por su condición de irlandés protestante fue enterrado en el cementerio ingles de la ciudad.

Al ser capturados muchos de ellos dieron nombres falsos para evitar represalias a sus familias pero cuando comprendieron su final desvelaron sus verdaderas identidades para que sus madres pudieran saber donde llorarlos. Tan solo Manuel Real mantuvo el engaño hasta el final para no perjudicar a su padre, un general que combatía en el bando absolutista. De esta forma fue enterrado como Joaquin Cantalupi.

Y así se escribió la historia para aquellos que pensaron librarse de las cadenas absolutistas y restablecer las libertades que soñaron los liberales en La Pepa, a la que el rey felón había dado la espalda.

Diego “ El elegante” dijo entonces que aquellos liberales que se entregaron a la causa de la libertad sabiendo que no tendrían una vida de repuesto habían impregnado el ambiente de la Plaza de la Merced. Dijo que si sentado en la plaza no sientes el susurro de la dignidad es que tienes vocación de esclavo.

Luego me explicó que el Obelisco tiene una pieza desplazada por el terremoto de 1884; que la plaza rezuma romanticismo de 20 siglos y que era el sitio perfecto para pegarse un tiro.

La antigua iglesia de Nuestra Señora de la Merced que da nombre a la plaza desapareció pasto de las llamas en los vientos anticlericales que trajo la II República.

En la casa de una de sus esquinas nació Pablo Picasso quien permanece en un banco observando y dibujando las palomas.

 

 

LA FAROLA. 1816

 

 

«No puedo pensar en ningún otro edificio  construido por el hombre tan altruista como un faro. Fueron construidos solo para servir». 

                                                                                                                                                                                                                                 George Bernard Shaw.

La Farola lleva dos siglos alumbrando el mar. En el pasado fue pintada en color tierra, con manchones y claroscuros para que su silueta no sirviera de referencia a la aviación del ejército sublevado. Eran los años bárbaros.

Se levanta 37 metros de cantería en blanco capaz de iluminar hasta 25 millas naúticas. Alumbra por medio de una linterna del tipo aeromarítima. En sus orígenes lo hacía gracias a un sistema de quinqués alimentados con aceite de oliva.

Los faros siguen teniendo algo de misterio y metáfora. El origen de que el de Málaga sea farola y no faro es desconocido, aunque se cuenta que en su inauguración, a la mujer del alcalde le parecía que tenia enaguas por la forma de la casa del farero .

En 1993, el último farero salió por la puerta tras dejar impoluta la lente que había limpiado con mimo durante décadas. Se apagó el oficio dedicado a alumbrar los mares. Los navíos que avanzan en la soledad oscura de peligros y tormentas siguen encontrando la seguridad que necesitan en el faro, pero ya no hay dentro un tipo solitario que contempla el mar como quien contempla el destino, silencioso y resignado. Eso es la farola, una metáfora

 

POSTALES DESDE   EL SOHO

 

La barbería del Soho

                                            

                                                                                                     Un barbero es la crónica viva del pueblo entero

DANI  habla con una sensatez que contrasta con el aspecto de punki que mantiene desde que salió de Castilla-León, en la década de los 80. 

El Soho Málaga surge de entre los escombros decadentes del viejo barrio portuario hasta convertirse hoy en el referente cultural y social de la ciudad. Aquí se encuentra el Teatro Alameda con el​ reclamo de Antonio Banderas, el Museo de la Imaginación y mi barbería.

¿Tu barbería es un referente cultural?

Por supuesto.

Y  mostrándome la palma de la mano en dirección al sillón de pedal elevador me invitó a sentarme.

 

….el ritual tradicional del afeitado comienza aplicando toallas calientes sobre el rostro. El secreto de esta técnica es precisamente ese; los parpados se cierran y a la par que se relaja la cara y se estiba la barba. Los 18 problemas con los que entraste en la barbería van apagándose hasta desaparecer.

Con movimientos circulares se extiende la crema de jabón con una brocha de pelo natural.

La navaja se pasa dos veces y entre una y otra también se enjabona la cara.

Una nueva toalla, esta vez fría, calma y refresca y finalmente crema relajante.

Mi afeitado supone sacarle una tregua al día; un respiro. Y mientras tanto les cuento un chisme o una pendencia. La temática la eligen ellos. A veces guardo silencio.

Todo por poco más de 15 euros. ¿No te parece buen negocio para ambos?

Lo es. Me has convencido.

 

….Nada hay con más temple que un barbero, me dijo este tipo con aspecto mohicano que no encontró mejor forma de rematar su atuendo que vestir falda escocesa a juego con su pelo.

¿Tu sabes en que momento la humanidad pasa de los tiempos barbaros a los civilizados?

¿En Mesopotamia?, dije yo sabiendo que no sería la respuesta correcta.

……….La civilización surge con las primeras barberías. Justo en el momento en que un tipo se sienta en el sillón de un barbero que porta una navaja en la mano y la mueve alrededor de su pescuezo  sin temer que se lo rebanen, que es lo que sin duda  merecería, justo en ese momento, surge la civilización. Los barberos hemos contribuido cimentando la civilización con el aporte de la confianza.

Y, la verdad,  no me pareció mal razonamiento. 

 

 

                                  MAPAS Y COMPAÑÍA

                                                       

                                                            Si quieres viajar, LEE, si quieres escribir; VIAJA

                                    Si crees que la aventura es peligrosa, prueba la rutina, es mortal.

 

 

 

 

Estuve en una tribu de reductores de cabezas; salí vivo de milagro. Fue antes de descubrir el Océano Pacífico siguiendo a Magallanes en cuya expedición me enrolé tras reñir con Orellana por discrepancias a la hora de nombrar al rio Amazonas.

Así descubrí que se puede ir a cualquier lugar del mundo y correr las aventuras más intensas desde la calle Compañía.

Pio Baroja dijo en cierta ocasión que nunca iba a ningún sitio desde el que no pudiera volver a su casa andando y Julio Verne apenas salió de Francia. No creo que sea cierto pero como recurso para engrandecer  aún más al más fantasioso y visionario de las letras es una aseveración genial. En esta librería cualquiera de las dos anécdotas adquieren todo el sentido.

Magia, tesoros y aventuras impresas en pilas de libros alborotados sin orden aparente.  Mosley Clevon decía que andar entre mapas te prepara para una fuga y desconfiaba vivamente de quien no supiera leerlos. Un mapa representa el otro lado de tu vida…….. donde todo es posible.

Enciclopedias de pájaros, tratados sobre venenos, globos terráqueos, las corduras de don Quijote o el viaje de ida de Virginia Wolf mientras sobrevuelan globos aerostáticos y entre ellos el as de la aviación  Manfred Von Ristofen pilota su fokker. Tintín vigila al Barón Rojo desde el escaparate de la tienda y en un rincón, Sherlock Holmes fuma en silencio observando su pipa.

Si buscas un estupefaciente para sepultar la mediocridad, trastear allí tiene de hipnotico lo que el centelleo de una candela, la expectación de Howar Carter cuando abrió la pirámide y la certeza de ser un explorador del 18 nacido en el 20

 

 

 

 

 

CEMENTERIO INGLES

 

 

 

El alma del ultimo vigilante que tuvo el camposanto en la vida real, Antonio Alcaide, vaga cada noche velando por la paz de los que allí reposan. Eso dice la leyenda británica: el ultimo enterrado será quien vigile el eterno descanso hasta ser relevado por una nueva inhumación. Dado que ya no se volverá a enterrar a nadie en la necrópolis protestante será el vigilante eterno. La errante figura de este guardian es observada con frecuencia vagando por entre las lápidas.

 

El cementerio de Saint George, el primero protestante de España por iniciativa del cónsul Willian Mark acabó a partir de 1831 con la práctica de enterrar a sus compatriotas a escondidas, al abrigo de calas solitarias donde  el temporal y  las alimañas otras veces los volvían a la superficie devorándolos hasta que el tiempo los convertía en polvo.  

Robert Boyd fue la primera persona que recibió tierra allí, el joven liberal irlandés, fusilado en las playas de San Andrés impregna el lugar del romanticismo propio de la época y de las causas arriesgadas.

También descansa allí el escritor británico Gerald Brenan y el vallisoletano Jorge Guillén quien se enamoró del mar y de Málaga. Tambien quiso hacerlo el danés Hans Christian Andersen pero sus familiares quebraron su ultima voluntad. Y George Langworthy, que sirvió a su Graciosa Majestad en Sudáfrica, hijo predilecto de Torremolinos donde fue conocido como «el inglés de la peseta» por dar una a cada mendigo que le leyera un pasaje de la biblia. En su lápida pone Gorge en lugar de George.

Y los militares norteamericanos que fallecieron en las costas de Málaga durante la II Guerra Mundial y especialmente aquellos alemanes, de la fragata Gneisenau que encallo en 1900 y Málaga, arrojándose al mar, no pudo salvar.

 

Un patio interior cobija las tumbas más antiguas, recubiertas de conchas y visitadas por gatos silenciosos donde se escucha el epitafio de Vicente Huidobro: Abrid la tumba. Al fondo de esta tumba se ve el mar.

Málaga está hecha de gentes que decidieron quedarse más allá de su propia muerte.

 

 

En su jardín más alejado se encuentra la tumba de la pequeña Violeta, quizá la que con más emoción nos acoge y nos desasosiega. Violeta no cumplió un mes de vida cuando sus padres  la entregaron a la tierra. Tan pasajera, tan breve. Su epitafio, escrito en francés bajo una cruz celta anuncia: “… ce que vivent les violettes.(Es lo que viven las violetas).

 

CLARENCE CLUB JAZZ

 
 
Yo no creo que se llamase Asia Nicole, ni tampoco que me tocara en suerte  caer por el club de Jazz precisamente aquel día. Me conjuré para que rompiera uno de sus tacones al pasar a mi lado, pero no sucedió con lo cual supuse que mi célebre mala suerte seguía intacta. Ví alejarse sus espléndidas curvas contenidas en unos jeans azul intenso y supuse que la primavera era de su talla.
Aquella noche en el Clarence Club Jazz  estaba la parroquia habitual y algunos evadidos que dejaban su vida miserable en el guardarropa para recogerla a la salida tras media docena de wiskys.
Asia Nicole se dirigió al fondo entre una multitud de disimuladas miradas y muchas más  que no ocultaban su interés. Con un soplo de sus  labios rechazó la invitación de unos tipos que cenaban langosta Thermidor entre varias botellas de Borgoña, aunque parecía conocerlos. Lucían lo suficientemente adinerados como para cometer excesos y no agotar su riqueza siempre y cuando murieran esa misma noche.
 
El resto del aforo daba para un muestrario  de variedades;  un chino negro, un psicópata pacifista,  algunos tipos con el alma del color del as de picas; un fotógrafo de platos combinados, la bofia con los ojos tan cerrados como cicatrices antiguas,  y un gordo que mordía un bistec con tanta cautela que pareciera recién salido del dentista. Entre todos ellos se movía Asia Nicole con la sensualidad de una boa.
Le dio un recado a un caballero enjuto con surcos en la cara como para enterrar una moneda de veinte céntimos y volvió sobre sus pasos trasteando el bolso canela que portaba en bandolera. A las mujeres así no se las conquista si no es con glamour  y una licencia para matar. Tampoco rompió el tacón en esta ocasión; solo se alejó preciosa como un mapa portugués y todos mis sueños quedaron cancelados.
En aquella velada tocaba Jesse Davis y yo había ido a escuchar blues. Nunca una balada sonó más melancólica que cuando Asia Nicole desapareció por la puerta en una noche tan desconcertante como Cary Grant con una mancha en la camisa.