EJE CAFETERO. CIUDAD DE MANIZALES

CIUDAD DE MANIZALES 5/10/2019

El café huele a cielo recién molido.
-Jessi Lane Adams-

Manizales, Pereira, Armenia o cualquier otro pueblo de la zona son un sitio estupendo para hablar de café y escuchar de café.
En estas ocasiones de campo, silencia y sierra suelo dejarme acompañar por Francisco Patrocinio de Todos los Santos Revaliente; Tuco
Tuco habla poco y no despega los labios si no es para un aserto juicioso o para besar el pan.

El viaje desde Medellín a Manizales es criminal. Un boleto de cincuenta mil pesos vale para que te muelan los huesos a bandazos en un colectivo de la flota de buses Flotaospina. Se anuncia como la más cómoda y rápida de Colombia. Son siete horas, con suerte, para cubrir los 195 kilómetros de distancia. Pero la carretera es la que es y ellos dicen que con esos mimbres han de hacer el cesto.

Tras cinco horas de curvas y pendientes el bus se llenó de un aroma de tripas y Tuco dijo que, oliendo a entrañas estamos de suerte si el viajero ha podido frenar a tiempo las arcadas a la altura de las muelas. Todo quedará en un regusto ácido sin más repercusiones para el resto de viajeros.

Manizales es una tranquila ciudad universitaria y cafetera orgullosa de llenar el mundo de fragancia y aroma, dos conceptos diferentes a decir de Giovanni, el conductor del jeep. La diferencia solo se conoce viniendo a descubrir el cultivo y cultura del café
Giovanni hace un tour de dos horas por la Hacienda Venecia y explica lo del café. Que la variedad colombiana es arábiga, muy aromática, que el cultivo y recogida es manual y que de una hectárea han de salir 12 mil tazas. 7 a 9 gr para que salgan las cuentas.
La hacienda Venecia es una buena alternativa. Se puede pasar la noche en ella. De lo contrario, cerca de la zona rosa, donde el metrocable hay muchas casas de huéspedes a precio asequible.

Por la tarde, Tuco y yo fuimos a las Termales Otoño, a 20 minutos de Manizales. La taquillera advirtiendo nuestra llegada se enfundó su mejor sonrisa, la que se ensaya cuando se va a pedir un préstamo y nos soplo 25 mil por el baño y 5 mil por la taquilla. No hay una mísera toalla.
Tuco ni se inmutó por el contratiempo. Si no hay toalla se seca uno al aire y si no hay cama duerme uno de pie. A veces pienso que nació con 30 años cumplidos y surcos en la cara donde enterrar una moneda.
En las termales un cuchicheo de charlas profundas alterna con el runrún del agua y una sonata de cigarras.
Unos tipos hablan de literatura. Estos sitios se prestan a eso. Conozco a dos docenas de tipos que citan el Ulises d Joyce pero a nadie que lo haya leído, incluyéndome a mí.
Más allá, un grupo de narcoseñoras polioperadas hacían gala de joyas y de unos maridos que son la clase de individuos que se tiran a la piscina y salen cubiertos de polvo. Tipos capaces de fingir su propia desaparición y encabezar ellos mismos las labores de búsqueda. Tipos, en definitiva, con el aplomo necesario para sentirse cómodos compartiendo el féretro con su propia suegra.

SANTIAGO DE CALI 7/10/2019

Noche de salsa

Es inevitable: En Colombia, toda reunión de más de seis de cualquier clase y a cualquier hora está condenada a convertirse en baile
G.G. Márquez

De la casa Café de Cali, en el barrio de San Antonio no logré sacar más lujo que una conversación con el gerente y el enigma de la ubicación precisa de la calle a donde tuvo a bien enviarme.
Transitar por San Antonio no obedece al gobierno de la razón sino de los sentidos y así, el siseo de la salsa atrae por callejones que no vienen en los mapas de la oficina de turismo.
Aquella noche, ni siquiera el trasiego de gentes podía ocultar que con un vestido amarillo de vuelo evasé, una muchacha bailaba salsa con candela en los pies.

A su alrededor unos bailaban y otros hervían de amargura y poesía.
Salsa, ritmo, música y un vestido tentaban las miradas como soplos del diablo.
Y entre tanta gente bailando y tomando en un alboroto de verbena casual, la muchacha del vestido amarillo evasé se torno en una mujer tan rotunda y sexualmente excesiva que debía besar, sin duda, con olas de saliva.
Olvidar a una mujer fascinante cuesta un número indeterminado de mujeres grises y ordinarias, dijo Fergó sacándome de mis pensamientos

No volví a encontrar el sitio ni la calle donde la muchacha del vestido amarillo evasé bailaba descalza. En horas de la madrugada en el barrio de San Antonio de Cali, cerca del parque Loma de la Cruz, se escucha un alboroto de música y risas que despierta a todos los vecinos. Al asomarse a ventanas y balcones pueden escuchar la música frente a ellos pero únicamente ven una nube o viento del diablo alejarse.

SEBASTIAN DE BELALCÁZAR 1480-1551

………Y Desenvainando su espada, avanzó con ella desnuda hacia sus hombres. Se detuvo frente a ellos, los miro a todos y evitándose una arenga larga se limito a decir, al tiempo que, según posteriores testimonios, trazaba con el arma una raya sobre la arena:
– por este lado se va a Panamá, a ser pobres, por este otro al Perú, a ser ricos, escoja el que fuere buen caballero lo que más bien le estuviere

un silencio de muerte rubricó las palabras del héroe, pero pasados los primeros instantes de la duda, se sintió crujir la arena húmeda bajo los borceguíes y las alpargatas de los valientes, que en número de trece, pasaron la raya. Pizarro, cuando los vio cruzar la línea » no poco se alegró, dando gracias a Dios por ello, pues había servido de ponelles en corazón la quedada». sus nombres han quedado en la historia.
(José Antonio del Busto)

Esta escena nada tiene que ver con Sebastián de Belalcázar; pertenece a Pizarro y a la conquista del Perú. Son los trece de la isla del gallo, le dije a Fergó una vez la había recitado con la teatralidad con la que le gusta hacer las cosas.
– Bueno, a Sebastián de Belalcázar solo le faltó un cronista en condiciones. Era bueno con la espada y sobrado de arrojo y audacia, pero malo con la fama. Yo soy uno de esos extremeños nacidos con cinco siglos de retraso; hubiera embarcado con él.
– Creí que eras de Cádiz, medio siciliano, le dije
– Y Fergó, sin responderme dijo: Los extremeños somos gente de frontera y frio mesetario. De donde yo soy siempre tuvimos la ventaja de que el futuro, al ser tan negro, nos combina con todo.

Sebastián de Belalcázar debe su hazaña, en parte, a haber nacido donde retroceder no es una alternativa.
Qué tipo!!!, conquistó Nicaragua, luché en Cajamarca en el Perú, conquistó Quito, buscó El Dorado y fundó Santiago de Cali.
En España no lo recuerda ni Dios, que el diablo los confunda a todos.

Mira Lobo, tu no lo puedes entender porque no ere s de allí. Cuando llevas años pensando que sin duda, lo mejor de tu vida lo debe estar viviendo otro, entonces no tienes más remedio que echar una soga a una viga o conquistar las Indias. Sebastián de Belalcázar hizo lo segundo.
-Sabes qué me preocupa, Lobo?
-Qué
– Que al final del camino todo haya sido tan poco apasionante que en los últimos instantes de mi vida todo lo que pase ante mis ojos sea el prospecto de un medicamento.