CRONICA DE UN VIAJE A  AFRICA

Se buscan hombres para viaje peligroso. Sueldo escaso. Frio extremo. Largos meses de completa oscuridad. Peligro constante. No se asegura el regreso. Honor y reconocimiento en caso de éxito. ( E. Shackleton 1907)

 

 

 

19 DE ABRIL DE 2017

A mi juicio, lo más llamativo de la vista aérea de Lisboa es el puente sobre el rio Tajo y el propio río. Tengo el recuerdo de Lisboa decadente, plena de escombros y polvo gris, como si el esplendor fuera cosa del pasado, de una época en la que se me antoja que ser portugués resonaba a cartas náuticas, navegación de cabotaje y conquista; a Magallanes y a Vasco de Gama.

Luego vino todo lo demás, hasta el día de Todos los Santos de 1755 en que el gran terremoto marco esta ciudad con su destrucción. Lisboa hoy no tiene nada que ver con lo que digo, y es una ciudad moderna, pujante y todo lo demás que se escribe cuando se elaboran discursos y folletos turísticos, pero a mi  la Lisboa que me gusta y la que imagino es la decadente.

Lisboa es triste, poética y profunda y esa marca indeleble hace que de sus colonias se importara café pero no bailes ni ritmos alegres. Lisboa es fado. Tan poética que hasta un acontecimiento gestado para matarse se llamo la Revolución de los Claveles.

Por lo demás, las más de siete horas de espera en el aeropuerto fueron como las de cualquier otro aeropuerto. Están todas las tiendas, de todas las marcas. Se puede curiosear. Las tiendas del aeropuerto tienen por seña la soledad. Uno puede evolucionar entre estantes o percheros de exclusiva ropa de moda sin pedir perdón para pasar. Nunca hay nadie, nadie parece comprar nunca y lo más sorprendente, la estupenda señorita no parece tener urgencia por vender.

El té se dice “Sa” en portugués. Embarcamos.

20 DE ABRIL DE 2017

Maputo

Normalmente, la llegada a algún sitio viene de la mano de una serie de sensaciones que aparecen de golpe para conformar la idea que quedará luego de un lugar. En Maputo en principio no las tuve, como si temieran mostrarse.

 

El Visado costó 35€ y dos horas porque la funcionaria no entendía que se pueda ir a un país sin tener previsto un sitio donde dormir. No rellenar el apartado «dirección en Maputo» fue un error fruto del cansancio que, en similares ocasiones, queda resuelto con un poco de imaginación.

Apenas unos taxis ociosos esperan en la terminal internacional. No parecen recibir a mucha gente.

La ventaja de llegar a primera hora del día es haber evitado la oscuridad general de todos los países existentes fuera de Europa y alguna otra excepción.

Las calles de Maputo están nombradas  en honor a Ho Chi Minh, Calle Mao, Avenida Karl Marx, tendencia frecuente de los desesperados en recordar a charlatanes foráneos por si con los propios no tuvieran suficiente.

El FRELIMO( Frente de Liberación de Mozambique) de inspiración marxista sacudió al país en un conflicto que dejó cifras cercanas a los novecientos mil muertos. La guerra civil que involucró a Sudáfrica, Rodesia, URSS, China y Mozambique terminó en 1990 y FRELIMO Y RENAMO se integraron en la vía democrática(sic)

Los escaparates presentan maniquíes blancos y no negros como se esperaría.

La estación de ferrocarril de MAPUTO, tradicionalmente considerada como una de las más bonitas del mundo y atribuida a Gustave Eiffel, ni es de quien se dice ni parece tan bonita a pesar de ser uno de los atractivos turísticos de la ciudad. Fue elegida por Di Caprio para rodar Diamantes de Sangre.

21 DE ABRIL DE 2017

El mundo se aletarga en Maputo. Entre precariedad y miseria muchos visten camisetas de Ralph Laurent y Lacoste falsos como un duro de madera. A nadie parece importarle, como si el logotipo de un cocodrilo deshilachado señalara el camino del éxito deseado.

Los comerciantes juegan a damas. Apenas hay clientes. A fuerza de ver pasar los días en blanco, los comerciantes ya no publicitan a voces el género y aguardan la llegada de compradores

Característica cansina de estos pagos es tener la sensación perpetua de ser un cara de primo y  objetivo de cazadores del timo y del engaño.  Para colmo: ¡Soy blanco, no hay donde esconderse!.

La burocracia en Mozambique adquiere cotas de elevadísima eficacia o ineficacia, según se mire. Para solicitar un papel cualquiera te obligan a rellenar tres impresos con sus correspondientes sellos de oficinas contiguas atendidas por ineficientes somnolientos bostezantes.

Años atrás usaba una vara propia para medir la prosperidad de los países; una regla particular que yo aplicaba junto a otros indicadores también míos. Si había muchos perros callejeros sueltos; país pobre. Si por contra los canes iban a la par que sus dueños, debidamente atados; país rico. La prosperidad también tenía grados e función de si el chucho iba ataviado con jersey de punto o a pecho descubierto. En Mozambique no hay perros. No hay ninguno, o por lo menos no se dejan ver. Ignoro las causas.

A eso de la medianoche unos truhanes con placa y uniforme sórdido como camisa de serpiente demandan atención por hechos supuestamente gravísimos que se arreglan, como no, con dinero. Maputo muestra su cara menos amable contradiciendo aquella sentencia de Vasco de Gama » o país da boa gente».

22 DE ABRIL DE 2017

En mi caso, no viajo para ir a un lugar e particular, sino por ir. Viajo por el placer de viajar. La cuestión es movernos

Robert Louis Stevenson

En mi caso, a medida que avanzo me atormenta la urgencia del paso siguiente y así, una y otra vez, y otra vez, esperando encontrar un paraje, un paisaje, una luz. Sé que lo busco, cualquier cosa que sea 

Hay hora y media hasta la ciudad de Resano García por lo que lo lógico es tardar tres horas de camino y , por puro azar de las cosas del vivir un autoestopista nos pago su pasaje con información y con algunas otras gestiones valiosas en el puesto fronterizo.

Hacer chapa parece llamarse eso de buscar a quien te lleve.

La frontera se asemeja a un invento más para aliviar de cuartos al viajero. Decenas de tipos en el lado de acá pretendiendo que no te escapes allá sin dejarles  tu ultimo billete. Lo cierto es que parece que la Cafrería Británica no es a la que vamos sino la que abandonamos.

A modo de apunte, la Cafrería fue una colonia dependiente del Imperio Británico que se corresponde a territorios de la actual Sudáfrica.

Cafre era el término usado por los árabes para referirse a los habitantes  negros del sur de África. La palabra ha hecho fortuna.

 

 

 PARQUE KRUGER. SUDAFRICA

 

En Paradise Creek, un alojamiento  situado en MALELANE , una noche de tránsito hacia el Parque Nacional Kruger se convirtió en una tertulia alrededor de seis cervezas con el dueño del lugar; un sudafricano blanco de trato cordial y verbo inquieto que habla de Sudáfrica con el orgullo del patriota mostrando al visitante, normalmente europeo, que no toda Africa es igual.

En cierta medida es algo que se nota al pasar la frontera, diría yo, pero el sudafricano blanco lo dice repetidamente para que, parezca lo que parezca allá en Europa, nos quede claro que no toda Africa es igual.

Y al decirlo recuerdo una anécdota apócrifa de dos señoras que charlaban tomando té y pastas. Una de ellas revelaba que era un hecho conocido que el hombre procedía del mono. La que observaba y escuchaba, viendo el talante ajado y desaliñado de quien eso contaba, en comparación con ella misma, su pulcritud y aseo manifestó: Estoy dispuesta a admitir que el hombre proceda del mono……pero siempre y cuando admitamos también que no todos los monos eran iguales.

Pues asímismo el sudafricano blanco admite que su tierra es África, pero cuando aceptemos que no todo África es lo mismo. Y no está carente de razón 

 

23 DE ABRIL DE 2017

¡ Doctor Livingston , supongo !

Henry Stanley

10/11/1871 en Ujiji, Lago Tanganica, Tanzania

Definitivamente KRUGER NATIONAL PARK merece una visita. Cuenta con unos diecinueve mil kms de extensión, lo que viene a ser como Cáceres y se extiende por unos 350 kms de norte a Sur y más de 60 de Este a Poniente. Hace cien años, David Livingston, que es quien se dice  estuvo por aquí, no estaría sujeto a estas marcas pero sin duda hoy en día es el precio a pagar por continuar experimentando la sensación única de encontrarte. Despertamos repentinamente con un grupo de jirafas por la sabana que surgen tras un crujido creciente de ramas secas. Son las seis de la mañana. Asistidos de un ranger y un camión de avituallamiento, la sabana parece esperar silente las primeras gotas de claridad. Entonces se despiertan los sonidos, creciendo en intensidad. Impalas aparecen sorpresivas y en manada, brincando y coceando al aire como si desperezaran.

Por la tarde descanso en Paradise Creek junto a un gintonic que por las circunstancias del día y la natural tendencia a la fantasía del paraje se diría que no solo combate la malaria sino que la fulmina.

La versión más extendida dice que la quinina, mezclada en agua tónica  era el arma de los soldados de Su Majestad en las Indias para combatir la malaria; y que sabía a rayos. Por la razón anterior, los soldados decidieron buscar una forma más llevadera y refrescante para pasar el trago medicinal contra el paludismo. Así dicen que surgió el gintonic, mezclando ginebra con aquello que sabía a rayos y que en esa noche de safari sudafricana, en Paradise Creek, a mi me pareció que nada podía ser mejor forma para acabarla.

24 de Abril de 2017

                                                                                  SWAZILANDIA

El mejor de los viajes siempre es el próximo.

El reino de Swazilandia parece un lugar ideado para un cuento mágico; ideado para la pantalla. La realidad es bien distinta.

A pocos kilómetros de la frontera está la capital MBABANE de la que nadie, nunca, ha oído hablar. Tal es así que siendo el destino elegido en el día de hoy, aun me cuesta recordar el nombre, como suele suceder con los sitios donde nada meritorio sucedió, ni para lo bueno ni para lo malo.
El país ofrece montañas por doquier y parece poco habitado, al menos en lo que atañe a la periferia de la capital que dada la menguada extensión es todo el país.

El reino Mancini es una ciudad fea. La más poblada del país. Los Suazis parecen no tener reparos ni prejuicios con la estética y sonríen constantemente. Los suazis se conducen amables y se ven venir a cien metros aun a la caída de la tarde pues a pesar de que su negrura comienza a confundirse con las sombras, les brilla la sonrisa en una dentadura que pareciera poco usada.

El día de hoy, 24 de abril, es la onomástica del rey MSWATI III, del que tampoco ha oído hablar nadie, nunca. Su símbolo es el león y su gobierno monarquía absoluta desde 1968. MSWATI III ejerce todos los poderes y según la tradición gobierna junto a la reina madre llamada INDOVUZAKI o «GRAN ELEFANTA».

Lo cierto es que no se me ocurre otra conclusión, sabiendo que es su madre y que porta ese apodo, gran elefanta, que la que manda es la madre. Nada nuevo por otra parte.

En Swazilandia es posible encontrar un lugar para mochileros como el Legens o el Lidwala Lodge y compartir una habitación  de 6 literas con otros extraños que por impulsos incomprensibles y parecidos aquí han orillado. África carece de razones y este rincón es inexplicable salvo que la razón sea aquella respuesta contundente de quien escala Everest, ¿Por qué lo hace?. Pues porque está ahí.

25 DE ABRIL DE 2017

Swazilandia

Sin duda habrá rasgos diferenciadores entre los bantúes, aquellos que son suazi y los minoritarios zulús,, pero a mí me parecen todos ellos negros uniformes que mas allá de elementos secundarios de talla, peso y pelo, nada tienen de singular con respecto al de al lado.

 

MANTENGA es una reserva cercana, justo en el camino de la embajada de Estados Unidos que permite visitar un poblado bantú, ver sus danzas tribales ceremoniales y pasear por la selva.

Uno orondo swazi que hace las veces de guarda o vigilante sale al paso; es todo sonrisa y buen carácter e indica el sendero a seguir hasta las cataratas en lo que asegura es un paseo maravilloso.

En el rio hay cocodrilos. Se ven fácilmente en la orilla en actitud de sospechosa quietud. Está absolutamente prohibido bañarse, reza un cartel. Me imagino que si hay que poner un cartel es que hay quien se bañe. Y si hay quien se baña viendo el percal se puede llegar a entender un poco más a los africanos cuando es común oírles sentenciar: ¡¡¡Los blancos están locos!!!

 

El rey de MANTENGA fue el apodo apropiado para sustituir el nombre de pila del guía que, a fuerza de intentar recordarlo, se olvidó definitivamente y si alguna vez se supo, seguro que era impronunciable.

A medida que avanzábamos, el rey de MANTENGA daba breves explicaciones del lugar señalando con su cayado aquellos lugares que él creía de interés y así conto, que en Swazilandia y en su parque en particular, había más de sesenta tipos de serpientes, pero que solo una docena de ellas eran peligrosas y que si te picaban te mataban.

Nombraba a la pitón africana y a la cobra; pero la más peligrosa es la manba, decía, porque era muy rápida y no daba tiempo a huir. Y mientras esto contaba señalaba con su bastón unas hierbas altas a nuestro lado, del tipo de donde solían camuflarse esas serpientes mamba, justo por donde nos encaminábamos. Y mientras esto sucedía y al hilo de la historia que narraba el orondo africano swazi, informaba que por suerte, en África y en su parque no había anacondas y con esa reciente información todos respirábamos aliviados. Y al poco, mientras cruzábamos las hierbas altas repetía: pero sí hay mambas. Y mientras el sonreía mi imaginación me decía que nos miraba divertido y de reojo.

El japonés Yuri estuvo con nosotros toda la mañana, desde el día anterior en que apareció consultando un mapa en una esquina de MANCINI. Decía llevar dos años de viaje ininterrumpido y calculaba que le quedaban otros dos para volver. Siendo japonés seguramente sería un cálculo preciso porque Yuri parecía tener previstos hasta los resfriados de aquí a su regreso con sus correspondientes días de baja.

A mí me pareció como desvalido, pero no debía serlo. Aunque de aspecto canijo se estirazaba hasta alcanzar la altura del bambú y observándolo andar a pasos cortos y ligeros, movía los brazos en un balanceo armónico y constante, de izquierda a derecha, a la par sincrónica, como el héroe animado de un videojuego manga.

Lo despedimos en su camino hacia LESOTO deseándole fortuna mientras él lo agradeció con su voz de mimbre. Un tipo con determinación. Yuri Traveler  se hacía llamar.

Tiene este país un aroma a orden, sosiego y calma aun sepultados en la miseria. Las carencias y datos sobre hambre,  esperanza de vida raquítica y el credo extendido de que no hay más futuro que el de darse bocados unos a otros; y la certeza de que se fabrican un numero notable de ataúdes que no alcanzan el medio metro de longitud; todo lo anterior, que seguramente es cierto, no logra quebrar una estampa de armonía que embelesa.

 A mí me parece que, dadas las circunstancias, les fuera permitido perder la compostura, pero no, conservan la dignidad en sus africanas maneras tal y como la orquesta del Titanic tocaba cuando ya el agua fría abrazaba sus tobillos.

25 DE ABRIL DE 2017

Nuestro destino nunca es un lugar sino una forma diferente de ver las cosas
-Henry Miller-

TRAVESIA MANZINI-XAI XA 

 SWAZILANDIA quedó atrás tal y como apareció;  lejanamente pobre, obscenamente desconocida.

La sensación es, salvando los estándares de calidad, similar a la de Sudáfrica; un sitio amable.

Conducir hasta el puesto fronterizo de Goba, ya en Mozambique, vía SITEKI, es un paseo solitario de poco más de cien kilómetros. Al salir, el funcionario de aduanas te despide con una sonrisa y una frase amistosa tal y como te recibe al entrar el swazi del otro puesto fronterizo: Es el libro de estilo swazi que dan junto al pellejo al nacer. El puesto de MOZAMBIQUE es harina de otro costal.

Hablar con un funcionario mozambiqueño es una sucesión de miradas analíticas rodeadas de extraños silencios; nueva observación desconfiada…más silencio…. y la sensación de que digas lo que digas será  la respuesta equivocada. Hay tantos papeles y documentos por rellenar que prepararlos de antemano es una pérdida de tiempo, siempre faltará un sello y tres formularios.

El paso fronterizo de GOBA está poco transitado a pesar de que en las fronteras, el nivel de suciedad y ruidos se eleva en proporción al número de truhanes y minibuses cargados de paquetería y brazos que escapan por las ventanillas.

Si en algún sitio es fácil que te la den con queso, eso es un puesto fronterizo. Buscavidas volanderos con mucha palabrería atropellada y a pocos metros, apostado en un aparte, un tipo en actitud de espera de nosesabeque.  Su aire rufianesco, su silencio y la mirada de rastreo hace que dudes entre darle ya el dinero o esperar a que te lo quite.

El resto del día conducir hasta XAI-XAI. Si no fuera por estar en medio del camino la ciudad se esfumaría sin relieve alguno.

En MOZAMBIQUE se conduce por la izquierda. Los coches tienen el volante en el lado contrario si aceptamos que nuestro lado es el bueno. Cada veinte kilómetros un control de policía que por probabilidad iras sorteando y te detendrán a partes iguales. Y no sería destacable el particular si no fuera porque casi invariablemente quieren su mordida. Los policías no son de fiar porque cuando menos te lo esperas, se ponen de parte de la Ley, y la ley es el recurso a vaciarte los bolsillos con la más peregrina de las ocurrencias.

Una sucesión de pueblos se desparraman a los lados de la vía, todos iguales, alicatados de cochambre. Los pueblos en MOZAMBIQUE carecen de color si exceptuamos un número creciente de viviendas que aparecen pintadas de rojo con la publicidad de vodacom- Al parecer la compañía telefónica paga la pintura a todas las casas que lo deseen a condición de que en la fachada aparezca su logo. La Coca-Cola también ofrece lo mismo y siendo que muchos mozambiqueños aceptan, algunos pueblos parecen el western de Eastwood, infierno de cobardes.

Ser albino en África es una maldición bíblica. Tengo la sensación de haber visto un número considerable de ellos, o será que el contraste los pone en la retina y el recuerdo con más frecuencia. África padece un analfabetismo tribal enraizado con supercherías ancestrales y credos de brujería. Siendo que rara vez se da a luz en un hospital, es frecuente que al nacer un albino se le mate. Los que escapan de ese fatal destino son codiciados en un circuito donde se trafica con partes de su cuerpo y que se extiende por todo el África subsahariana, Burundi. Kenia, Congo. Swazilandia. Sudáfrica, Mozambique……

Son ZERU-ZERU(fantasma). En ocasiones se les arrancan dedos para rituales de brujería, preparación de pócimas y brebajes.

Detrás de la sonrisa y la bonhomía del «buen salvaje», esto también es África y los albinos son en realidad espíritus, fantasmas que no mueren sino que se desvanecen…

 

Quinientos y setenta kilómetros hasta VILANKULOS es un espacio de pensamiento extenso. He de decir que recuerdo poco del trayecto, olvidando las denominaciones y los pueblos. Solo en ocasiones una breve parada para organizar los huesos en su sitio y canjear a alguien un presente por una sonrisa. Eso tiene un guiño efímero que reconforta. A lo largo del camino la vida fluye en un serpenteo de gente colorida como el vestir que tanto gusta en África; y de zagales risueños, inquietos y resignados. Y es en ese contexto donde regalar un globo, un balón o unos lapiceros adquiere tintes de mágico chispazo.

Al margen quedan los problemas de África, que no vienen al caso; y al margen la intención, voluntad o interés en solucionarlos o no, que tampoco vienen al caso. Regalar un globo, un balón o un lapicero a un niño desconocido que esa mañana se levantó sin prever lo que el día le iba a deparar se asemeja a caminar por la calle, con el abandono que producen los propios pensamientos y descubrir en tu camino una moneda brillante: Carajo¡, dices, hoy es mi día de suerte.

 

 

Una niña sale de su casa, zascandilea en sus alrededores y repentinamente, alguien le da unos lápices……..A mí me gusta pensar que tras el desconcierto y más allá de la efímera felicidad del momento, su sonrisa y la tuya intercambian también un mensaje de optimismo, de oportunidad, de que no es insobornable la fatalidad y que la fortuna forma parte hasta de la vida más miserable…

 

28 DE ABRIL DE 2017

Despertar en soledad en un pueblo extraño es una de las sensaciones más placenteras de este mundo.

Lo único que VILANKULOS tiene feo es el nombre, el resto es de una belleza aparente. 

Portugal abandonó Mozambique en 1975 pero dejó el café, que tiene mucho que ver con el grano y mucho más con el arte del barista. No digo que haya un virtuoso encargado en exclusiva de manejar la máquina del café, como pasa en Portugal o en Italia, pero sí que el café tiene aroma a café y su justa acidez; humeante negro con crema….. y todo ello en taza pequeña.

 

29 DE ABRIL DE 2017

Amanece en VILANKULOS tan  de repente que pareciera que retiraran una inmensa cortina. Al poco el fondo  se vuelve plomizo justo cuando andamos a caballo por la playa.

Estos caballos son de Zimbawe, a decir de la propietaria. Ella cruzó la frontera con ciento cuatro de ellos cuando la cosa pintó allí en bastos. Aquí en Mozambique no había caballos ni otras bestias de tiro porque durante la guerra civil se los comieron  todos. Y ahora que la señora me desvela el misterio recuerdo que aquí no se ven perros callejeros y entonces creo estar más cerca de solucionar el enigma de su ausencia. Quizá no. En estos casos hay que aplicar siempre el principio de la navaja de Occam según el cual, en igualdad de condiciones la explicación más sencilla suele ser también la más probable.

Una lluvia fina que no moja empieza a caer y en aquel paraje de arena y barcas varadas, al galope y en silencio aquello parece una alegórica representación de la libertad.

30 DE ABRIL DE 2017

No todos los que deambulamos andamos perdidos.

Hay que desandar el camino. Esta vez con parada en TOFO, pueblo costero en la ruta a MAPUTO. La playa es inmensa, enorme, con mareas que se retiran dos centenares de metros. El alojamiento mochilero se llama Fatima,s  y como casi todo, tiene pinta de precario y de alojar a gentes que huyen, que escapan de lo que quiera que sea que pretendan dejar atrás. Son las fotos fijas que hacemos de las cosas. Fergó dijo que para que un sitio de estos tenga pedigrí, ha de contar con un mochilero hurgándose en los dedos de los pies sobre la mesa y a poder ser llevará el pelo en largo desaliño.

Fergó siempre quiere pescado, quiere comer pescado y cuando lo encuentra, su sobremesa es una sucesión de gruñidos y refunfuños porque nunca está como tiene que estar.

1 DE MAYO DE 2017

La llegada a MAPUTO ya no nos cogió por sorpresa. MAPUTO lo tiene todo feo. Una década atrás leí a Alfredo Semprún hablar de viajes desaconsejables y no estaba MAPUTO. Sin duda sería un despiste. Caída la noche salir es lo más parecido a sentirse impala o gacela y objetivo de los lobos a quien alguien tuvo la feliz ocurrencia de  poner a vigilar a las ovejas.

MAPUTO es una ciudad hostil y siniestra desde el atardecer  hasta el alba y la patrullan brigadas de rufianes en coches policiales con la ventaja que les reporta un cargo de servidor público. Ese es el terror de los estados policiales que en el mundo han sido y son: la incomprensión y la confusión de que quienes han de velar por ti, ciudadano, son tus verdugos. Por esa razón en esos sitios, los ropajes de democracia son solo ficciones de libertad, son estados fallidos.

La bandera de Mozambique presenta un fusil AK-47 sobre una estrella amarilla que simboliza el credo en el socialismo. Las calles de Maputo reconocen en su callejero a MAO TSE TUNG, a HO CHI MINH, a KARL MARX.

En algunos de estos sitios hay una realidad al alcance de cualquiera que muchos no suelen ver, enfrascados en creer a los charlatanes en vez de a sus propios ojos; en creer consignas en vez de hacer caso a la alerta de nuestros sentidos y así, en no pocas ocasiones casi nadie advierte que el risueño africano de sonrisa nacarada se acerca a nosotros con un machete de cortar caña en la mano.

2 DE MAYO DE 2017

Como todos los grandes viajeros he visto más de lo que puedo recordar y recuerdo más de lo que he visto

 

2 DE MAYO DE 2017

El vertedero de MAPUTO es un sitio desaconsejable para todos los que no sean un cadáver insepulto. 

Millones de toneladas de hedionda hez edifican un panorama de inmundicia por el que transitan de aquí para allá decenas de hombres y mujeres. Algunos viven aquí, entre huertos de desechos. Fergó preguntó el camino a media docena de recepcionistas y tres viandantes que invariablemente lo miraron sin musitar vocablo. Nadie le respondió. Unos billetes engrasaron la transacción con un taxista y disolvieron sus recelos; «Si los blancos están locos, el no ha metido mano en eso y el dinero bien vale un viaje al infierno», debió pensar.

Al vertedero de MAPUTO no llega nadie si no es en el interior de una bolsa negra.

Fergó tiene una parte de infancia inacabada, como de reportero de un comic en blanco y negro y quiere creer que, en el fondo,  el agua del caldero donde los negros de la tribu fríen a los blancos no quema.

Cuando empezó a fotografiar miseria con su objetivo, de entre la cochambre asomaron cabezas curiosas, mas tarde expectantes y luego codiciosas.

Fueron cerrando el círculo lentamente, como zombis de un camposanto de excrementos. No parecía que quisieran preguntar por la salud, si acaso quebrarla. Y no parecía que fueran a pedir limosna sino a tomar lo que veían. Algunos empezaron a vociferar, otros más siniestros nos empezaron a llamar de amigos y a reclamar una mordida  y mientras esto sucedió, el camino de retirada se hizo más angosto al poblarse de gente con aparentes malas pulgas.

El taxista, bregado en estas situaciones tomó la decisión de marcharse a la francesa saliendo a toda mecha. El taxi emitió un gruñido de motor cansado y se puso en marcha justo en el momento en que yo tiré de Fergó por el cuello de su camisa y nos colamos en marcha. El taxista, al vernos repentinamente en los asientos traseros dijo como si ya nos esperara: buenos días. Y Fergó sin hacer siquiera mención al medio centenar de negros frustrados que con el colmillo excitado de codicia nos observaban perdernos en la lejanía, mirando su cámara dijo; esta última ha salido movida

3 DE MAYO DE 2017

He tardado dos semanas en descubrir que pingado es un café cortado tal y como a mí me gusta. Es una lástima no poder exportar la palabra sabiendo que recoge con precisión todos los detalles, sin necesidad de explicaciones. Pingado; y huelga la coletilla de café cortado con un poquito de leche casi nada, crema, frio, y en una taza pequeña.

Pingado es la palabra.

En Mozambique los bancos tienen dinero. Colas de clientes resignados se apostan serpenteando desde el mostrador de la caja a la calle y más allá, a la espera de un trámite de sacar dinero mientras el empleado cuenta fajos de billetes sobados. Enormes fajos de billetes que sostiene en  sus manos como madejas de lana. En las yemas de sus dedos parece permanecer la tinta como un tatuaje desprendido del billete. Los bancos de Mozambique son como los de España de los años 80; ¡tienen dinero! y al pensarlo, giro instintivamente la cabeza esperando que irrumpa bruscamente Dani El Rojo con su apariencia de gigante y grite : ¡¡¡Esto es un atraco!!!

Los domingos aún son el Día el Señor y las gentes en su mayoría se dirigen a la iglesia con cierto jubilo y sus ropas blancas primorosamente cuidadas y tratadas con mimo.

3 DE MAYO DE 2017

-No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente —

                                                                                                                         VIRGINIA WOLF 

 

Mozambique toca a su fin. MAR NABRASA es un restaurante situado en la Costa do Sol de la capital. Recomendable, agradable y a precios equilibrados. Como casi todo lo que funciona de forma razonable está dirigido por portugueses. Tienen cerveza fría, pescado bueno y conversación solo si la pides. Matapa con Caranguejo si se es aventurero y si no, pescado.

Es lo destacable de una ciudad donde muchos quieren robarte, consiguiéndolo algunos.

El mozambiqueño es en general hombre de buen carácter, sonriente casi siempre a pesar de que el sueño de la mayoría quizá sea la mera supervivencia, remontar el día a día. Sobrevivir hoy ya que el mañana es un concepto difuso que pertenece a la lejanía de lo ignorado, de lo impredecible y cuyo avistamiento no es posible a ciencia cierta.

Desde pequeño oí hablar del «mal de África» como una enfermedad de los sentidos, la nostalgia de haber extraviado los orígenes. Es entonces como el África de personalidad impenetrable e irrepetible, agresiva y al acecho, nos atrapa. El mal de África es entonces la añoranza, la necesidad de volver al encuentro con el origen. Yo ahora sé que el mal de África es solo una figura literaria al menos en el sentido indicado. Y se también, porque lo he visto, que África es en alguna medida un fracaso y  que en mucha mayor medida, África es un drama.