HINOJOSA DEL DUQUE.
Un tesoro por descubrir.
Faciendo la vía
del Calatraveño
a Santa María,
vencido del sueño,
por tierra fraguosa
perdí la carrera,
do vi la vaquera
de la Finojosa.
Iñigo López de Mendoza.
Marqués de Santillana
En el Club de blues de Mosley Clevon encontré a un tipo que hablaba sobre el Valle de los Pedroches. Yo en aquel entonces no sabía dónde quedaba el sitio pero me llamó la atención la posibilidad de enriquecerme si existía una historia como la que aquel tipo contaba.
Resultó que un tal Francisco Rodríguez, de Los Mayas, una escuadrilla de escopeteros hinojoseños se las anduvo tiesas con los gabachos en una escaramuza cerca de Valsequillo en aquella pública calamidad que fue la invasión francesa. Allí recuperó una talega con seiscientas piezas de oro de ocho escudos de Carlos IV acuñadas en Lima. Un tesoro.
Mientras narraba la historia, Mosley Clevon indicó al guitarrista que alzara el tono y John Lee Hooker inundó el local evitando oídos ajenos más allá de la mesa donde el tipo hablaba.
………Ya se había publicado el decreto que permitía quedarse todo el dinero, suministros y equipamiento que se consiguiera arrebatar al enemigo; dijo el tipo en una pausa.
Mestizo Roldan engrasó la historia llenando el vaso del narrador. El colmillo le goteaba de codicia.
………….Marcharon nuevamente a encontrarse con los franceses en lo que se dio en conocer como la batalla de Medellín, donde encontraron la muerte. En el lapso de tiempo que hubo entre la escaramuza de Valsequillo y Medellín(1809), apenas dos días, Francisco Rodríguez, héroe contra el invasor, escondió en algún lugar del pueblo de Hinojosa del Duque un tesoro que nunca recuperaría dado que la muerte le sobrevino en la refriega extremeña.
¿Por qué se yo todo eso?. En la casaca del muerto, «malcosido», agujereado y tinto en sangre, llevaba el plano críptico de donde ocultó el botín. El religioso que lo asistió lo dibujó en el libro de difuntos de la iglesia……. Y ese dibujo es este que tengo yo aquí, dijo el tipo mientras hacía sitio en la mesa para extenderlo con mimo. Nadie ha descubierto la clave.
Desplegó el dibujo y se hizo un silencio elocuente……………….¡patrañas de borrachos!, dijo el Mestizo Roldán, y se levantó con teatralidad dándole la espalda al cuentista.
Y así fue como Mestizo Roldan, Fergó, Martin «Lu Sicou» Evangelista, Mosley Clevon y yo mismo nos vimos en Hinojosa del Duque, buscando un tesoro por descubrir.
Hinojosa, dependiente del Condado de Belalcázar pasó a denominarse “ del Duque” en 1533 al adquirir la categoría de Duque don Francisco de Sotomayor, por casamiento con doña Elvira de Zúñiga, III duquesa de Béjar.
Es sorprendente que un sitio como este haya pasado desapercibido. Hinojosa del Duque es un pueblo severo y apacible, tiene el embrujo de la encina y la solidez del granito. No queda a mano de casi nada. Asombra su permanente quietud.
Es posible que haya configurado su carácter austero por el espíritu de frontera y reconquista que lo ha entintado durante decenios. Y quizá tenga de extremeña cuanto de telúrico costumbrismo se asocia a esas tierras. Hinojosa del Duque formaba parte de la Tierra de Belalcázar en la provincia de Trujillo hasta que en 1833 pasó a la provincia de Córdoba.
No es por tanto extraño que estas tierras, maravillosamente retiradas de todo, inspirasen al Marqués de Santillana sus serranillas a la Vaquera de la Finojosa mientras transitaba el camino y observaba unos árboles de encantamiento en los márgenes de su paso.
Hoy que hay una perpetua búsqueda de sensaciones y que las emociones necesitan ser cada vez más intensas para despertar la percepción de estar vivo, en Hinojosa del Duque encontrará el viajero un buen puñado de ellas.
SAN JUAN BAUTISTA
Dejadme ir a la casa del Padre
( Ultimas palabras de Juan Pablo II)
Fergó pasó los días fotografiando la Iglesia de San Juan Bautista. Estaba convencido que en tan majestuoso lugar encontraría las claves para hallar el tesoro del escopetero.
San Juan Bautista tardó 41 años en construirse(1530-1571). Sujeta a las modas se empezó romana, tardogótica, renacentista y acabó plateresca. La puerta trasera en la base de la torre es de estilo ojival.
El interior mudéjar está decorado con pintura barroca.
Construida por Hernán el Viejo y acabada por Hernán el mozo; dos hombres libres que tenían bajo sus ordenes a tipos procedentes de todas las clases sociales con la única obligación de ir a misa, confesarse, no vivir en concubinato, no dedicarse a jugar y otra docenas de trabas que hacían que trabajar levantando bloques de granito fuera lo más llevadero de su existencia.
Los maestros escultores, carpinteros, talladores de piedra y vidrieros compartían el oficio y la comida y guardaban celosamente las artes de su oficio. Así debieron guardar el enigma que encierra la ventana “ de los tres soles” del baptisterio que da a la plaza o el misterio del reloj de arena que apareció en su fachada.
Un huracán devastó el capitel en 1799 y luego retablos, imágenes, campanas originales y su archivo del siglo XV ardieron pasto de las llamas avivadas por las tropas de Miaja el 14 de agosto del 36.
El caso es que Fergó dispuso que habría de ser ahí donde encontrara la solución al enigma del escopetero y se afanó sin prisas y con detalle a la observación de tan soberbio templo.
https://hinojosaesturismo.es/descubre-hinojosa-del-duque/monumentos/parroquia-de-san-juan-bautista/
GASTRONOMÍA HINOJOSEÑA
“Mucho mejor me sabe lo que como en mi rincón, sin melindres ni respetos, aunque sea pan y cebolla, que los gallipavos de otras mesas donde me sea forzoso mascar despacio, beber poco, limpiarme a menudo, no estornudar ni toser si me viene gana, ni hacer otras cosas que la soledad y la libertad traen consigo.”
Miguel de Cervantes
El Mestizo Roldan se desparramó por las tabernas.
Siempre tuvo habilidad para que se le abrieran incluso los tipos de catadura más inquietante, mirar avieso o pinta patibularia. No era el caso; los agricultores del pueblo solían recelar del tiempo, no del forastero.
Es por mi pasado de vendedor de enciclopedias que me cuentan cosas.
Mestizo, tu nunca has vendido enciclopedias.
¡Claro que lo he hecho!.
¿Cuándo has hecho tal cosa?.
Y el Mestizo zanjaba la conversación con la socorrida muleta de que hay dos cosas que jamás deben preguntarse y estas son la edad de una dama y el pasado de un caballero.
Acodado en cualquiera de las tabernas de las que en Hinojosa son se hizo un nombre legendario en la comarca cuando solo llevaba media hora por el pueblo.
Garabateó con tiza el dibujo del escopetero y observó. Nadie hizo el menor caso. Nadie reparó en trazos tan extraños. Lo que sí descubrió el Mestizo Roldán fue el lechón, y los riñones al jerez….y el bacalao….. y los flamenquines. Los días que anduvo en Hinojosa confeccionó una ruta de sitios donde agasajarse y gestionar las súbitas amistades que surgen del vino. Los riñones al jerez y el lechón del bar la Castana(C/ Méndez Núñez, 133 Reservas 661831525) el jamón del Pozo acompañado de escabeche y un plato de orejas ( c// Plaza San Juan 7) y al bacalao del Bar Murillo( c// Fontanilla 106).
Hinojosa del Duque, por su carácter de frontera ha elaborado a fuego lento una aparcería entre las cocinas andaluza, extremeña y castellano-manchega que ha dado en venir desde la olla de carnaval hasta el pisto, con sus peculiaridades hinojoseñas.
Y no es que el resultado de los cerdos( lechón, cochifrito, jamón, morcillas y chorizos) o el de la oveja merina( caldereta, cordero, quesos de leche cruda) no le tentara cada vez que salía a un bar cualquiera de los de Hinojosa sino que encontró su arcadia en el relleno y la sopa dorada.
Al Mestizo Roldan le encanta hablar de comida.. Y así decía: el relleno es propio de la época de carnaval, lo cual es una pena porque es un manjar que se echa de menos el resto del año.
Se pica el jamón, trozos pequeños, ya me entiendes. Luego los huevos duros. Igual, picaditos y el perejil. A eso le echamos huevos crudos, su sal y su azafrán.
Esto hay que hacerlo despacio. La cocina requiere instinto y paciencia, es un arte. Aquí lo han entendido así.
Luego rellenamos las tripas que hemos tenido en agua……. Su nudo en un extremo.
Te cuento un secreto:….. No se puede rellenar tupiendo la tripa porque cuando cueza, el huevo crudo va a ponerse grande y podría reventarla. Luego se anuda por el otro extremo y a cocerla en un caldo con tocino y hueso de jamón.
A fuego lento y vigilando a intervalos cortos tanto el resultado como al gato que merodee cerca. Se pincha la morcilla cada poco para que suelte el aire y no estalle.
El resultado es espectacular. El relleno es un descubrimiento culinario de primera magnitud. El de Hinojosa adquiere dimensión de recuerdo perpetuo.
Y dicho esto, el Mestizo Roldan enrrollaba el papelito donde tenía anotada la receta y terminaba su pompa con una frase que había atesorado para deslumbrar en estas ocasiones:
“el descubrimiento de un nuevo plato es más provechoso para la humanidad que el descubrimiento de una galaxia”.
Luego admitía preguntas sobre el relleno a las que daba, normalmente, respuestas inventadas.
En Hinojosa del Duque la oferta gastronómica es sorprendente. No tiene nada que envidiar a la cocina más aplaudida de cualquier punto geográfico. Una de las cosas que se llevará el viajero por estas tierras serán los recuerdos relacionados con la cocina.
LA RUTA DE LAS ERMITAS.
12 RAZONES DONDE OCULTAR UN TESORO.
El Seco Evangelista pasó aquellos días recorriendo las ermitas de los alrededores de Hinojosa, cada una de ellas con su historia, cada una de ellas con su embrujo.
La dispersión alrededor del pueblo lleva algunas jornadas y es un ejercicio más que saludable incluso para realizarlo con niños. Se pueden plantear varias excursiones a cualquiera de ellas y organizar una magnifica merienda campestre.
Lu Sicou andaba en la creencia de que en un mundo de insinuaciones, símbolos y códigos como aquel entorno, el escopetero bien podía haber usado los Santos para su propósito de encubrimiento del tesoro.
La casa rural de la Mina Malacate( reservas 696 032 560) está hecha de paja, y es la única de los alrededores de su clase. Por eso en invierno se está calentito y en verano hace fresco; ofrece aislamiento térmico y acústico. Una casa totalmente sostenible y ecológica. Para “El Seco” Evangelista, era obligado descansar allí , y de allí partía a las primeras luces cuando el gallo aún estaba haciendo gárgaras. Hay algo mágico en la madrugada. Es el momento que pertenece solo a unos pocos que están despiertos. El Seco no comparte sus cuitas con nadie; va a lo suyo. Aún recuerda cuando el Mestizo Roldan le dijo que el problema no era madrugar sino a la hora que había que hacerlo. Por eso ya no lo avisa.
San Benito se representa acompañado de un cuervo que lleva pan en el pico. Fue el pan envenenado con el que lo quiso despachar un sacerdote rival y envidioso. Así es que se invoca para protegerse contra el veneno y las picaduras de las ortigas. Su ermita gótica está pasado el cerro del Conjuro en la Gutierra, antigua y desaparecida aldea. Siglo XIV.
Tras sus pesquisas El seco no descubrió nada que le hiciera pensar que allí andaban las monedas del escopetero.
Tampoco en la de Santo Domingo( Siglo XIV), Donde se celebraban cabildos por los Justicias de los pueblos linderos para tratar sobre el reparto de pastos, deslindes y otras cuitas de su interés. Arquitectura de arcos ojivales y puerta gótica
Ni en la de San Bartolomé(XIV) situada en Los Almadenes, en el camino viejo a Córdoba, rodeada de ruinas, escorias de fundición y excavaciones mineras de los romanos. El Seco Evangelista dijo que parece pérfida ironía que San Bartolomé, que fue desollado vivo, sea patrón de los curtidores y los que trabajan la piel o el cuero.
Aquí andan los restos sepultados del paisano Manuel Moyano, fusilado por lo soldadesca invasora en 19 abril de 1810. El lugar profanado y las puertas quemadas.
Una alameda le da frescor a la llegada
Finalmente la ermita del Santo Cristo de las Injurias, neoclásica y sobre la anterior de Santa Brígida domina el pueblo desde la elevación más reconocible de Hinojosa del Duque. El paseo hasta la ermita es agradable a pesar del recorrido ascendente.
La de San Isidro Labrador, San Sebastián, San Gregorio. Virgen del Castillo, Santa Ana, Convento de MONJAS CONCEPCIONISTAS, todas dentro del casco urbano ocuparon al Flaco en varias jornadas de exploración en solitario
Ermita de La Antigua y Fuente La Zarza
Cuando es mi patrona voy a la ermita, se me hace cuesta abajo la cuesta arriba
A unos 14 kilómetros del pueblo se encuentra la Ermita de la patrona Virgen de la Antigua. Es posible que la advocación viniera a través de la Vía de la Plata desde el norte hasta las tierras de Sevilla y Mérida y más tarde desde el Puerto de Indias se extendiera por América en los estandartes y pendones de Pizarro, Cortés y Alonso de Ojeda. Hoy la Virgen de la Antigua es patrona de Panamá y venerada en México, Perú, Colombia y Bolivia entre otros rincones. Es leyenda que Juan Sebastián de Elcano cuando en 1522 culminó la vuelta al mundo rezó a la Antigua en Sevilla como Virgen a la que se habían encomendado varias veces durante su travesía.
Su Romería se celebra el segundo domingo después de la Pascua de Resurrección que viene a ser, a calculo de los poco creyentes, dos fines de semana después de la Semana Santa. Si hay fortuna en esas las fechas el viajero recorre la zona se sorprenderá de la armonía con que conviven la primavera, los romeros y la tortilla de patatas.
La cercana Fuente La Zarza alberga durante la invernada a miles de grullas que esperan entre cursos de agua para su migración desde Andalucía y Extremadura por la ruta occidental hasta las zonas pantanosas de Alemania, Finlandia, Suecia o Noruega.
La grulla establece parejas monógamas de por vida, de ahí que vaya siempre hecha un pincel, elegante y con las plumas planchadas. Luego migra y a saber lo que hará en el norte de Europa.
Merece la pena pasar un rato en el observatorio de Fuente La Zarza donde el espectáculo de las zancudas pavoneándose o simplemente en vuelo de regreso para dormir al lado del agua produce una sensación de efervescente sosiego.
La grulla se asemeja a un centinela. Duermen sobre una pata recogida la otra en la que, según dicen, agarran una piedra de tal forma que si se deja vencer por el sueño, el ruido de la piedra al caer las alerta.
EL PILAR DE LOS LLANOS Y EL ESCUDO
En en pueblo, la taberna del Chato( Av. del Parque 42. Reservas 664355236) reluce limpia como los chorros del oro. Anselmo es un tabernero de raza, de los que sabe cuándo dar conversación y cuándo silencio. Su casa es lugar ideal para una tertulia o para andar entre naipes y fichas de dominó.
La conversación de aquella calurosa tarde gira en torno al Pilar de los Llanos. En los últimos días de agosto hasta bien entrados los 80, todavía se congregaban en el Pilar un buen número de tratantes que compraban, vendían o mostraban sus caballos, mulos o jumentos. Se decía que mucho antes, en lo que se refería al ganado, la feria había sido de las más importantes de España solo comparable a la de Sevilla. Y que la llamaban la Gran Feria. Hoy no queda nada de todo aquello. El Pilar de los Llanos quedó sobre la Cañada Real Soriana como testigo mudo solo alterado por el discurrir del agua de sus caños.
Merece la pena echar un vistazo al lugar aun cuando el observador no distinga el estilo plateresco con que se construyó.
FORTES UT LEO, SIMPLICES ut COLUMBAE. ¿Tendrá algo que ver con el enigma que buscamos?. En los tiempos que corren el latín es muy sufrido para estos rompecabezas. El Mestizo Roldán sostenía que un latinajo a tiempo remataba una conversación de forma impecable. Alea Jacta Est; y no había más que decir. Divide et impera y solo cabe asentir. Pero ni en la tertulia del Chato halló quien le diera razón ni en el escudo del pueblo con sus leones rampantes, sus palomas con alas extendidas y su yelmo de plata o acero bruñido que por sus seis rejillas parece de vizconde, con plumas pero sin corona. Estas Armas no tienen nada que ver con la historia de quienes detentaron la jurisdicción de esta villa. ¿De dónde viene entonces?
HERNAN EL PASTOR DE LA SERENA
“ Voy a revelarte signos. Consérvalos enterrados en tu memoria. Cuando ansioso descubras bajo los robles de la ribera, a la orilla de un curso de agua escondido, una marrana enorme madre de treinta gorrinos, toda blanca, junto a sus pequeños, blancos también, colgados de sus mamas, ese será el lugar de la ciudad.» La Eneida.
Hernan no es un tipo de por allí pero sí de los alrededores; de la Serena. Su natural carácter levantisco y de porfía se apacigua en el campo. Le habría gustado que el progreso no arramblara con la tradición y ve difícil que ambas cosas convivan.
Me dijo que llevaba años sopesando si ponerse del lado de los cerdos o del de las ovejas.
Los cochinos son glotones, coléricos y lujuriosos son nuestros primos como poco y en estas tierras cada bocado de un buen jamón es como congraciarse con la familia.
Los romanos y griegos ya se los comían y para Virgilio eran sinónimo de civilización. El cerdo es barato de mantener, come cualquier cosa porque no distingue el sabor amargo y quien posee uno nunca será pobre. Las huchas tienen forma de cerdo por esa razón.
Pero vamos al carácter. ¿Se puede confiar en un cochino?, decía Hernan, la respuesta es un rotundo no.
La oveja es otra cosa. La oveja es durísima. Tiene una capacidad de sacrificio que ya la quisieran los penitentes. Es muy bien mandada. Los rebaños se desplazan sin más ruido que el de los cencerros. Sin fueran cochinos esto sería una algarabía.
¿Sabes que la ganadería extensiva favorece la polinización de las plantas? Sí, el polen se adhiere a la lana de las ovejas y en ella viajan de un lado a otro. ¿Sabes que hoyando la tierra la remueven y que limpian de maleza los campos de cultivo?. Pues sí, y de cara al verano se evitan incendios.
Creo, me dijo, que desde que llegué a esta conclusión los cochinos me miran con recelo y me han retirado la palabra.
De todas formas, añadió, las decisiones tomadas por la noche generalmente ya no son válidas a la luz del día. A ver que decido mañana.
……Y como en verdad yo no entendía nada de lo que me decía, para mi fue más fácil seguirle la corriente que decir la verdad.
LA DEHESA. TEMPUS FUGIT.
OTRA FORMA DE VIDA
“ Al cabo de los años he observado que la belleza, como la felicidad, es frecuente. No pasa un día en que no estemos, un instante, en el paraíso.”
Jorge Luis Borges
Encontré a Mosley Clevon mirando hacia la Dehesa y no había yo llegado a su altura cuando se llevó el dedo a los labios para decirme que no abriera el pico. Al fondo el campo parecía salpimentado de ovejas y cerdos que se movían con lentitud por entre las encinas. Esto son miles de hectáreas; un paraíso. ¿No los ves?, dijo mirando a los animales. Creo que saben que están en la gloria. Y por la noche el cielo de aquí, de este sitio, parece nuevo, como recién desembalado. ¿Te has dado cuenta? Nunca había visto un sitio como este.
El ecosistema de la dehesa es una creación intencionada del hombre. Este ha clareado el campo eliminando los arbustos con el fin de obtener los mejores rendimientos que la naturaleza puede dar(bellotas, leña, etc…). La mayor entrada de luz posibilita el florecimiento del crecimiento de hierbas que alimentan al ganado. Durante la Reconquista los ganaderos locales empezaron a vallar sus fincas para cerrar el paso a los rebaños de la trashumancia. En esencia Dehesa procede de «defesa» termino latino que significa defensa o terreno acotado para uso de pastos.
Y así surgió este paraíso, como una serendipia.
En la dehesa pastan también ovejas que por aquí son merinas y sus cruces; algunas cabras, caballos y el cerdo.
Mosley Clevon, poco dado a carantoñas me confesó que los cochinos rosados, rollizos, ingenuos y cercanos le habían inspirado el desconocido impulso de ir a abrazarlos.
.- O sea……………. que no estas buscando lo del escopetero, le dije.
.- No……., he encontrado esto, respondió señalando el campo que se abría ante nuestros ojos.
¿Desde cuándo no ves algo así? ¿Lo has visto alguna vez, Lobo?. Es un sitio donde pensar en retirarse cuando la cirrosis me arrebate a los últimos parroquianos del blue jazz.
Quedó atrás el tiempo en que nacer en un pueblo te condenaba a una vida aldeana y de pocas luces. Las cosas han cambiado. Internet llega a todas partes y amazon reparte paquetería con la misma rapidez en Madrid o en la Sierra Morena.
La cuestión ahora es la clase de existencia que alguien decide llevar y, sin querer comparar, no cabe duda que el pueblo tiene sus argumentos tan sólidos como pueda tenerlos la ciudad.
El campo tranquiliza la mente y aporta simplicidad a la vida y muchas cosas anticuadas como el sol y el cielo claro son difíciles de encontrar tan reconocibles y presentes como en estas latitudes.
En un sitio donde los niños se crían viendo morir a los viejos y parir a las bestias todo es mucho más real…. más cercano…. más cierto.
Girar una esquina y encontrar a uno o dos niños que estando solos, ni están perdidos ni son vagabundos, es un descubrimiento de un valor incalculable en los tiempos que corren.
Los días que pasamos en Hinojosa del Duque apenas alcanzaron para hacernos una idea de la magnitud de la campaña que nos trajo. En cualquier caso la riqueza que ofrece Hinojosa del Duque y sus alrededores solo es otra posibilidad de entre lo más importante que puede encontrar el viajero; la paz necesaria para buscarse a uno mismo.
¡Quién sabe!, en ocasiones el trotamundos encuentra su El Dorado particular y decide quedarse. Para este caso Hinojosa del Duque es un lugar perfecto y vete tu a saber si el azar no le hace toparse, cuando menos lo espere, con el tesoro que el escopetero arrancó a los franceses.
ANTONIO ANTON GARRIDO. UN HEROE EN EL OLVIDO
En donde esté una piedra solitaria sin inscripción alguna, donde habite el olvido, allí estará mi tumba
Gustavo Adolfo Bécquer
Aquellas personas que con sus actos contribuyeron, mucho o poco, a desviar el curso de la historia también tienen como sino el olvido.
Desde una cerámica de la calle Corredera, un tipo atildado te mantiene la mirada desde varios metros antes de llegar a su altura persiguiéndote después, cuando ya te has alejado.
Por una llamada del destino, Wad-Ras y Tizza, son nombres extraños que quedaron ligados a Antonio Antón Garrido para la eternidad.
No debía tener más de 23 años cuando pasó a la inmortalidad y lo colocaron en una cerámica que los hinojoseños observaron solo los primeros años para ir poco a poco desviando la mirada hacia quehaceres cotidianos, olvidando que Antón Garrido seguía mirándolos.
El 29 de septiembre del año 1921, Antonio Antón Garrido se despertó temprano en el reñidero del protectorado. El plan era llevar un convoy de 300 mulos de abastecimiento a Tizza.
Distante 12 kms de Melilla, Tizza era una posición cercada por 12.000 moros atrincherados que gritaban infundiendo temor. Algunos testigos dijeron que por la noche se divisaron hogueras en el monte Gurugú
Aquello fue un choque empeñado. Los españoles entraron en Tizza arrollando al enemigo como quien rema esforzado en una charca de fango. Antonio Antón Garrido se quedó quebrado en las inmediaciones. En su muñeca izquierda, el reloj regalo familiar de cuando logró plaza como oficial de correos, marcaba puntualmente las horas ajeno a la muerte.
Continuará…………………
Aunque bajo la tierra, mi amante cuerpo este escríbeme a la tierra, que yo te escribiré
Miguel Hernández
Encontré a Antonio Antón Garrido en su reposo centenario del cementerio de la Purísima Concepción de Melilla. A cientos de kilómetros de casa y un mar por medio. Mirando la lápida tuve la sensación de que llevaba un siglo de fría soledad. Quizá le agradase que le adecentáramos el sepulcro, al fin y al cabo él había sido un tipo presumido. ¿Dejaría novia? ¿Qué fue de ella?. ¿Con qué suspiros exhalaría su madre la pena por la ausencia del hijo malogrado? ¡¡Qué triste yacer lejos de las calles por donde se escapó la infancia entre carreras y risas. ¡¡Dios mío, Qué solos se quedan los muertos!!
Mi amigo Celestino Santamaría me dijo que en Melilla lo habían tratado bien y que salvo las visitas que seguramente echó en falta en estos cien años de olvido, descansaba en tierra amiga pues quien muere en la Patria de alguna forma muere en casa. Santamaría para estas cosas es muy sentido.
Supongo que repatriar un cadáver en 1921 no era cosa menor y que por eso sigue descansando en aquel rincón de España en África.
Seguramente le reconfortó sentirse arropado por la bandera de su pueblo.
Y creánme que a partir de ese momento, cada vez que pasé por la calle Corredera, y aunque nos separaran cien años, tengo la certeza de que desde el azulejo la mirada fue otra.
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